El poeta y artista leonés Juan Carlos Mestre defendió ayer durante la presentación de su libro de versos La casa roja , que llevó a cabo en la Delegación de Cultura de la Junta, la necesidad de la poesía "frente al paroxismo de la guerra". Mestre manifestó que siempre ha pensado que la poesía "tal vez sea la conciencia de algo de lo que no podemos tener conciencia de otra manera". Dijo que es una forma de estar en el mundo ante "los desafíos de la intemperie", es decir, "una forma de resistencia contra los gremios de cada época". Explicó el poeta que acaso también sea "hacer de la duración de la memoria un testamento ético a través de las palabras", la poesía como equilibrio moral entre la razón de los silenciados y también el porvenir de aquellos que aún no han nacido.

Juan Carlos Mestre declaró ayer a este periódico que aún es posible la utopía de seguir recordando y la de imaginar el futuro. "Desde que fui niño fui consciente de que la poesía es el lenguaje de la delicadeza humana". Recordó un pensamiento de Oscar Wilde en el que decía que la sociedad perdona al criminal, pero no al soñador, y en este sentido explicó que es necesario restablecer lo perdurable de los sueños, la utopía frente a los paroxismos de la guerra.

La joven poeta Alejandra Vanessa fue la encargada de dialogar con el autor en la presentación de su libro. Sobre Mestre dijo que ella ve en el poemario que "el autor propone como símbolo el Arca de Noé, un lugar donde viaja la poesía, un poco perdida" y establece la relación entre lo cercano, lo filosófico y lo mítico. Subrayó también los aspectos irónicos y bíblicos del libro, donde habla de la muerte.