Madonna acaba de colgar en su web oficial: "Nunca lo he hecho antes, es la primera vez que extiendo una gira. Estoy muy ilusionada con volver a la carretera". La nota no aclara los motivos, aunque a nadie se le escapa que su divorcio de Guy Ritchie le cuesta entre 54 y 67 millones de euros. Pero que no pare la música: ni la del Sticky & sweet tour ni la de la caja registradora. La prórroga de la gira incluye el regreso a Barcelona ocho años después: el 21 de julio (martes) estará en el Estadipo Olímpico, y, dos días más tarde, en el Vicente Calderón de Madrid.

Es decir, Barcelona, que fue elegida para inaugurar en el 2001 el genial Drowned world tour , y Madrid, que no ha albergado un concierto de la diva desde que vestía los legendarios corsés de Jean-Paul Gaultier en el Blond ambition tour en 1990, tomarán el relevo de Sevilla y Valencia --el coste del recital fue de 4,5 millones de euros- como ciudades anfitrionas del último periplo de la artista norteamericana, quien ayer también anunció que se llevará a sus hijos a vivir con ella a los Estados Unidos.

Esta segunda parte de la gira abarca solo ciudades europeas, empezará en Londres el 4 de julio y le llevará a recorrer 13 países en los que nunca ha actuado, como Bélgica, el 11 de julio (el recital será en Werchter); Noruega, el 30 de julio (Oslo); Estonia, el 4 de agosto (Tallin); Finlandia, el 6 de agosto (Helsinki); Suecia, el 9 de agosto (Gotemburgo); Polonia, el 15 de agosto (Varsovia) y Eslovenia, con la hasta ahora última fecha anunciada, el 20 de agosto (Liubliana).

LAS ENTRADAS La promotora Live Nation deja abiertas más fechas y lugares, como Bulgaria, Hungría, Rusia, Rumanía y Serbia. Las entradas para algunos de los espectáculos saldrán a la venta el 6 de febrero. En España aún no se sabe cuándo se comercializarán ni el precio.

Durante este parón de seis meses, Madonna habrá tenido tiempo de coger fuerzas para reemprender su maratoniano y apabullante espectáculo y repasar las mareantes cifras del primer tramo del Sticky & sweet tour : más de 218 millones de euros recaudados --récord para un artista en solitario-- y 2,3 millones de espectadores, entre el 23 de agosto y el 21 de diciembre. En medio de tan triunfales datos, un lunar: no pudo con el aforo de La Cartuja de Sevilla, donde congregó a menos de 50.000 fans en un aforo de 65.000.

En esta ocasión, será Paul Oakenfold el telonero oficial y no Robyn. Este es el único cambio anunciado del montaje de la ambición rubia, un espectáculo en el que Madonna se encasqueta en un momento dado una peluca (también rubia y con flequillo), y en la que no faltan golpes de efecto: a los ocho minutos de empezar sentada en un trono en forma de doble eme, aparece encima de un espectacular Rolls Royce. ¿Alguien dijo alguna vez que estabamos en crisis?.