La Orquesta de Córdoba, bajo la batuta de su director titular, Manuel Hernández Silva, ofreció ayer el primero de los dos conciertos con los que cierra la temporada de abono 2007-2008 en el Gran Teatro.

En este concierto, además de estrenar La leyenda del Cimarrón , de Igmar Alderete, la formación presentó en Córdoba al maestro Kun Woo-Paik, solista del Concierto para piano y orquesta , de Sergei Prokofiev. En la segunda parte, se pudo escuchar la Sinfonía nº 7 , de Antonin Dvorak, una enorme creación que, pese a no gozar de la popularidad que tiene la novena, es considerada por los expertos como la mejor obra del compositor checo.