Una verdad incómoda (Gedisa), la trasferencia a libro del celebrado y oscarizado documental de Al Gore sobre el temido cambio climático ha conseguido encaramarse en un tiempo récord entre los más vendidos. Distribuido en las librerías desde primeros de marzo, ocupa la quinta posición en el ránking de la no ficción. Por una vez, y por lo que respecta a España, el libro gana por la mano a la película, que ha cosechado una discreta recaudación hasta el momento de 65.000 concienciados espectadores, aunque la obtención del Oscar le haya dado una segunda oportunidad.

En Estados Unidos, al éxito del filme y del vídeo, se suman los 700.000 ejemplares de la edición en inglés, que ha propiciado más de 20 traducciones. La mejor publicidad con la que película y libro pueden contar es el protagonismo que las excepciones climáticas alcanzan a diario en los medios de comunicación.

Al Gore, el ex vicepresidente a la sombra de Clinton y presidente frustrado frente a Bush, ha mutado en líder del ecologismo con un discurso, criticado por algunos sectores en sus detalles --el novelista y también líder de ventas Michael Crichton es uno de los que le acusan de catastrofista-- pero incontestable en la necesidad de transformar las estrategias cotidianas de los gobiernos y los ciudadanos de a pie.

Una verdad incómoda, el libro, aparece en el mercado con una ambiciosa tirada de 45.000 ejemplares y ya está prevista una segunda edición de 20.000 ejemplares. A imagen y semejanza de la edición norteamericana, el ensayo profusamente ilustrado despliega el mismo didactismo que la película --no hay que olvidar que su origen son las conferencias sobre el calentamiento global con las que Gore sustituyó su trabajo en la Casa Blanca--. Más de 500 imágenes, entre fotos y gráficos, sustentan un discurso impactante --vamos de cabeza a la destrucción del planeta-- que apenas necesita el apoyo del texto concebido casi como una escueta colección de eslóganes.

Y si a Gore, candidato al Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, sus detractores acaban de encontrarle el punto débil denunciando que en su mansión se consume 20 veces más energía que en un familia media, Gedisa ha decidido predicar con el ejemplo iniciando lo que los norteamericanos llaman una "transición justa".

PLANTAR ARBOLES Para compensar las emisiones de dióxido de carbono del proceso de producción del libro, han plantado medio millar de árboles en la Sierra del Segura (Albacete), que permanecerá sin talar a modo de patrimonio.

"Somos pioneros en este tipo de iniciativa a gran escala", señala el editor Alfredo Landman, que se ha sumado a la campaña del lazo verde como forma de protesta, codo a codo con Greenpeace, WWF/Adena y el Movimiento Clima.