En vísperas de la entrega del premio Nobel de Literatura al británico Harold Pinter, y dos días después de ver, en vídeo, su demoledor discurso de agradecimiento en la Academia Sueca, apareció ayer en España Los enanos , la única novela del autor, escrita en los años 50 y reelaborada a finales de los 80.

Editada por Destino, Los enanos es el nombre que según algunas interpretaciones y según el dramaturgo y experto en la obra de Pinter, Sanchís Sinisterra puede hacer referencia a "esa humanidad pragmática y uniforme, y digo puede, porque Pinter jamás habla o explica nada de su trabajo, pero es lo que se deduce", puntualizó ayer el dramaturgo en la presentación de la novela.

Una novela, catalogada por Sinisterra, uno de los pocos dramaturgos que han montado en España obras de Pinter, como de "difícil" y "fronteriza entre la novela y el teatro" y donde se replantea los propios cánones. Una obra dialogada que oscila entre la "banalidad máxima y la trascendencia. No se trata de un texto juvenil escrito y abandonado en los primeros años", precisó Sinisterra, sino que Harold Pinter en los años 60 rescató un fragmento para hacer una obra de teatro y para hacer otro montaje radiofónico para la BBC; luego lo terminaría de reescribir en los años ochenta.

Considerado uno de los revolucionarios del género dramático del del siglo XX y uno de los escritores más comprometidos por su actitud ética y política, Pinter habla en esta novela de las relaciones entre los individuos, de la sensación de inseguridad, incluso de amenaza, la ambigüedad y el misterio; de los sobreentendidos de los diálogos, los silencios o del uso de la palabra más para ocultar que para decir.

"Se trata de una antinovela y de una exploración lingüística; en realidad no hay protagonistas, ni trama ni argumento. Solo al final se encadenan los acontecimientos. Son largas conversaciones discursivas que anticipan lo que luego será el teatro de Pinter".

Harold Pinter, que convirtió el pasado miércoles, su discurso de premiado en un duro alegato contra Bush y Blair y en una defensa de la búsqueda de la verdad, no podrá acudir a Suecia, por el cáncer que padece.