Adolfo Aristaráin comienza el próximo lunes el rodaje de su próxima película, Roma , un filme distinto a toda su obra anterior y mucho más complejo, "tan complejo como la vida", dice, y donde reúne a José Sacristán y Juan Diego Botto en un rodaje que transcurre mayoritariamente en la ciudad de Buenos Aires.

El cineasta Adolfo Aristaráin no recuerda un germen concreto para la historia de Roma , sino "una suma de distintos hechos que le han pasado a otra gente" y que llevaban metidas en un cajón desde que terminó el rodaje de Martín Hache . "Entonces no tenía ni para veinte minutos de película, así que lo dejé ahí y ahora, con la ayuda de Mario Camus hemos conseguido crear la estructura del filme. Una estructura compleja de apariencia simple", comentó ayer el cineasta durante la presentación a la prensa de este rodaje, en la que estuvo acompañado por José Sacristán y Juan Diego Botto.

La historia arranca en el presenta, cuando el escritor Joaquín Góñez está escribiendo sus memorias y la editorial le envía a un joven periodista, Manuel Cueto, como corrector. El encuentro con el joven despertará en el escritor emociones olvidadas que le transportarán a los años cincuenta y sesenta, los años de su niñez y su juventud y de la íntima relación que guardó con su madre, Roma, a quien le debe haber sido siempre de espíritu libre, bohemio, fiel a sí mismo y a los ideales que, un día, soñaron.