La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) rindió ayer homenaje al director de cine Ignacio F. Iquino (Valls 1910-Barcelona 1994), uno de los cineastas más prolíficos del panorama español que destacó por su labor empresarial e industrial en el cine, aún no superada.

El homenaje ha contado con la asistencia de colaboradores, cineastas y familia de Iquino, quien destacó por su intensa actividad en el celuloide con 51 años como director y empresario cinematográfico, y su intervención como productor o director en más de 120 filmes y cerca de 30 cortos.

El acto se ha centrado en torno a la presentación del libro de Angel Comas Ignacio F. Iquino. Hombre de cine , un volumen editado por Laertes, primera monografía que se publica sobre el cineasta que cuenta con fotografías inéditas, y que parte de la tesis doctoral del mismo autor, dirigida por el catedrático de Comunicación Audiovisual de la UAB Romá Gubern. Prologuista del libro, Gubern ha señalado que Iquino fue "un hombre clave en las industrias culturales catalanas", cuyo nombre fue "inseparable de la subcultura del Paralelo" en donde estaba enclavado su estudio. En opinión de Gubern, en el caso de Iquino, el "realizador fue víctima del empresario ya que las cualidades artísticas que tenía sufrieron la presión del empresario que intentaba ahorrar en los filmes".

La carrera de Iquino se desarrolló entre 1934 y 1984, desde la II República hasta la Monarquía constitucional, pasando por la guerra civil, el franquismo y la transición a la democracia, y su nombre está ligado a las películas comerciales de posguerra y de la época del "destape".

EMISORA FILM

Entre sus primeros filmes destaca Al margen de la ley de 1935 y Diego Corrientes en 1936, sobre el bandolerismo español, y el último de ellos fue Yo amo la danza , de 1984, una especie de Flash dance español. Ayudado financieramente por su cuñado Francisco Ariza, Iquino reflotó en 1943 la productora Emisora Films que él mismo había creado.