Uno de los últimos encargos públicos que el régimen de Leguía hizo a Piqueras fue la decoración de la capilla funeraria de Francisco Pizarro en la catedral de Lima. El artista cordobés diseñó el túmulo del conquistador antes de viajar a la Exposición de Sevilla, incluyendo el trompe l´oeil del fondo de mosaicos que crea la ilusión de un marco arquitectónico monumental. El león durmiente y las cuatro figuras alegóricas muestran el clasicismo aprendido en Roma.