LA LIGA DE LOS HOMBRES

EXTRAORDINARIOS

Dirección: Stphen Norrington.

Intérpretes: Sean Connery, Naseeruddin Shah, Peta Wilson, Stuart Towsend, Jasón Flemyng, Tony Curran, Shane West, Richard Roxburgh, Max Ryan.

Nacionalidad: Estados Unidos.

Año: 2003.

Duración: 110 minutos.

¿A quién se le podía ocurrir congregar en una misma aventura a personajes y héroes literarios tan dispares como Allan Quatermain, el mítico descubridor de las minas del rey Salomón, al Capitán Nemo, comandante del Nautilus en Veinte mil leguas de viaje submarino , a Mina Harker, predilecta yugular del decadente Conde Drácula, al Hombre Invisible de H.G. Wells, al dual Jeckyll y Hyde surgido de la fantástica pluma de Robert Louis Stevenson, a Tom Sawyer, el jovenzuelo americano creado por Mark Twain, y al refinado Dorian Gray, cuyo cuadro envejecía en su lugar gracias al impar Oscar Wilde? Pues nada más y nada menos que a Alan Moore y Kevin O´Neill, autores también de la novela gráfica sobre Jack el Destripador que los hermanos Hughes llevaron a la pantalla en la película Desde el infierno . Ahora es Stephen Norrington, director de Blade , el encargado de trasladar las viñetas de estos singulares personajes de siempre al cine, para articular sus peripecias enfrentados al maléfico Fantasma, un visionario del poder enriquecedor de la industria armamentística que, en los albores del siglo XX, intenta llevar a las principales naciones del mundo a una contienda bélica.

Pero no se trata de recuperar el sabor de la aventura literaria de antaño, sino simplemente de utilizar algunos de esos personajes que han hecho las delicias de millones y millones de lectores y espectadores de cine para, con los mimbres de las más actuales propuestas de Hollywood, convertidos en una especie de superhéroes en lucha contra el mal. Algo así como los protagonistas de los cómics de la Marvel.

LUCHA CONTRA EL MAL

La trama de La Liga de los Hombres Extraordinarios responde a un patrón conocido que consiste en el reclutamiento de los héroes, el encargo de su misión y la victoria sobre las fuerzas de destrucción planetaria.

Lo demás es fantasía, diversión, entretenimiento (que no es poco) y, sobre todo, efectos especiales y virtuosismo digital. En definitiva, mucho ruido y pocas nueces, pues desgraciadamente, en este despliegue de pirotecnia audiovisual, los héroes del papel dejan de ser quienes son y abandonan, por obligación, su específica condición literaria para quedar supeditados en todo momento a la esclavitud del más difícil todavía y del frenético ritmo de los deslumbrantes fuegos de artificio.

RIBETES GOTICOS

No obstante, la siempre hábil actuación de su protagonista principal, Sean Connery, la buena mano de Norrington para la acción con ribetes góticos, y el poder recuperar, aunque sólo sea nominal y esquemáticamente, en el siglo XXI a esos mitos clásicos de la literatura popular del XIX de quienes nuestra imaginación es deudora, hace que La liga de los Hombres Extraordinarios pueda ser contemplada con la benevolencia de quienes no nos resignamos a que la aventura, a pesar de que se vista con posmodernos ropajes caros, muera en estos tiempos grises de siniestras heroicidades reales.