Puerta de Almodóvar, calle Judíos, plaza de Juda Leví o barrio del Alcázar Viejo son algunos de los lugares que sirvieron ayer de escenarios en los que Córdoba revivió sus raíces judías en lo que fue un matinal y, sobre todo, detallado paseo por el casco histórico. Se trataba de la IV Jornada Europea de la Cultura Judía, que se celebró ayer en la ciudad, así como en otras 25 urbes españolas y en otros 23 países del viejo continente, bajo la coordinación de la Red de Juderías de España--Sefarad, a la que Córdoba pertenece siendo la única representante andaluza en este movimiento cultural.

Alrededor de un centenar de personas, repartidas en cuatro grupos, partieron de Caballerizas Reales para visitar los vestigios de la historia judía que conserva el casco antiguo. Con el objetivo de conocer la contribución judía de los reinos de la España medieval y sensibilizar al público sobre el patrimonio histórico artístico de Córdoba, cuatro experimentados informadores turísticos locales desvelaron hasta el último detalle que guardan los rincones de la Judería o las paredes de la Sinagoga, a la que accedieron los participantes en este evento, en su mayoría de esta provincia, acompañados por el concejal de Turismo, Marcelino Ferrero.

Esta jornada, según Ferrero, es una iniciativa "necesaria" que ha de continuar celebrándose y va a seguir apoyada por el Ayuntamiento, puesto que estos actos --prosiguió el concejal-- descubren aspectos poco conocidos del legado sefardí. No obstante, varios participantes consideraban bueno ampliar el número de actividades en la ciudad con música u otras propuestas. El documentado paseo concluyó con una copa de vino khoser, bendecido por un rabino, que llenó de historia el paladar de los visitantes.