Dos grandes intérpretes argentinos, Federico Luppi y Ulises Dumont, miden sus fuerzas en Presos del olvido , la ópera prima de Rodrigo Grande, contada como si de un tango se tratara, "con su ética, su moral y sus personajes, como la mujer traidora, los amigos fieles y los códigos de honor". Así lo confesó ayer el cineasta que acudió en Madrid, junto a Luppi, a la presentación de esta película, que se estrena el próximo 27 de junio, y que narra las peripecias de dos amigos en los cuatro días posteriores a su salida de la cárcel, después de treinta años. Días en los que buscan el dinero que habían escondido entonces y buscan también a sus viejos amigos de juventud.

"Yo había hecho ya un par de cortos y quería hacer un largo. Este fue el primer guión que creía medianamente bien, así que se lo enseñé a los productores, y por supuesto, veía a Luppi en el personaje, pero pensé que no nos iba a dar bola. La sorpresa fue que aceptó, y ahí fue cuando el proyecto empezó a tener visos de realidad", confiesa Rodrigo Grande.

"Yo crecí viendo las películas de Luppi. Para mí, él no era una persona, era parte del cine al que quería acceder y me parecía muy lejano, aunque no por su divismo", confiesa este cineasta de 29 años que eligió para Presos del olvido un subtítulo, Rosarigasinos , sacado del slam , una forma de hablar propia de la cárcel de Rosario de los años veinte que el cineasta ha recuperado y hasta puesto de moda entre los artistas locales.

En la película, los dos protagonistas cantan, malamente, el tango, una melodía que inspiró a Rodrigo Grande el tono de la película. "Yo venía de escuchar muchos tangos y tomé para la película su ética y su moral", explica el cineasta que narra Presos del olvido en clave de tragicomedia, con un humor "que reside en el patetismo, en lo grotesco".

Rodrigo Grande eligió a los hijos de Luppi y Dumont para encarnar a estos dos actores en su juventud, porque "Luppi y Dumont son dos marcas registradas en Argentina y cualquier imitación suya iba a resultar pobre, por eso quise que lo hicieran sus hijos, pero no imitando a sus padres, sino a los personajes que ellos interpretan en el filme".

UN BUEN GUION

Federico Luppi no es de los actores que rechacen un buen guión sólo porque lo vaya a dirigir un joven cineasta, y esto lo quiere dejar claro. "Uno no siempre lee buenos guiones y este era realmente bueno. Confiar en un joven director es uno de los pocos hándicap que quedan en un desmantelado como Argentina. Y, últimamente, en mi país los actores y productores son calderas sedientas de carbón que se lanzan como sea y confían en los jóvenes, que han dado la mayor parte de los éxitos recientes del cine argentino", confiesa el actor. Lo cierto es que tanto Luppi como Dumont ayudaron a Rodrigo Grande en el rodaje casi sin quererlo, como explica el director.

"Que un joven director cuente con dos actores así ya es un punto para dar confianza al equipo técnico". Federico Luppi confesó que tiene casi a punto el rodaje de su primera película como director, Pasos , una historia que "tiene que ver con los incontables pasos que damos en la vida y de los que somos responsables", y que comenzará a rodar a finales de año.