Malia, de madre africana y padre inglés, nació en Malawi, pero su acercamiento al jazz no se produjo hasta que su familia se trasladó a Londres, allí comenzó a cantar en diversos bares y fue en Nueva York donde nació su primer álbum, Yellow Daffodils . Cuando se vio con 14 años en Londres buscó refugio en la música y empezó, "además de escuchar la colección de discos de Los Beatles de mi padre", a interesarse por Sarah Vaughan y Billie Holiday, y el jazz más tradicional.

"Fue en Nueva York cuando, además de cantar en distintos bares, en la tienda de regalos en la que trabajaba los dueños ponían constantemente un disco de Liane Foly. Enseguida me interesó quien lo había producido y descubrí que era André Manoukian. Yo quería grabar un disco así. La discográfica Virgin me facilitó el teléfono y conseguí ponerme en contacto con él". Fruto de aquel contacto nace, tres años después, Yellow Daffodils (Narcisos amarillos) , doce temas "con raíces en el jazz, mezclado con el blues y el soul de los años 40, un poco de hip hop e incluso de pop", que presentará este verano en los festivales de jazz de San Sebastián y Canarias.