REPORTAJE FUNDACION GALA

Cuando el tiempo no supone un obstáculo para la creatividad

El antiguo Convento del Corpus Christi es, desde el pasado 2 de octubre, el hogar de 14 jóvenes artistas que durante 9 meses desarrollarán sus p

Cuando el tiempo no supone un obstáculo para la creatividad

Cuando el tiempo no supone un obstáculo para la creatividad

Dicen que el germen de la creatividad se desarrolla poco a poco, impulsado por una necesidad innata y que va creciendo con la ayuda de singulares fertilizantes , como son las ganas, la ilusión, la esperanza..., aunque puede marchitarse cuando factores exógenos se cruzan, inevitablemente, en su camino. La falta de tiempo, en un mundo dominado por las prisas, se yergue como uno de los principales obstáculos para la pluma del escritor, las notas de un músico o el pincel del pintor; el numen del artista se ve mermado por las manillas del reloj, que avanzan imparables.

Cuando el tiempo no supone un obstáculo para la creatividad

Cuando el tiempo no supone un obstáculo para la creatividad

EN UNA BURBUJA

Sin embargo, existen propuestas que, a pesar de parecer utópicas, consiguen menguar la carrera de las agujas. Una de estas provisionales soluciones ha sido la organizada por la Fundación Antonio Gala, que ha conseguido que el tiempo no sea un obstáculo, que la creatividad de catorce jóvenes artistas se desarrolle libremente y que su convivencia durante nueve meses en un mismo espacio, el antiguo Convento del Corpus Christi, fomente la interacción de inquietudes, deseos e inspiración.

"Tienes toda la libertad que quieres, todo el tiempo que necesitas y no te piden nada a cambio --apunta Claudia Pérez, miembro del proyecto de formación artística de la Fundación--. Lo que aquí estamos viviendo es toda una experiencia inmejorable. Estamos como en una burbuja y la verdad es que los catorce hemos congeniado a las mil maravillas porque tenemos objetivos afines". Esta pintora sevillana de 25 años, licenciada en Bellas Artes, se enteró de esta pionera iniciativa a través de unos amigos: "Ellos fueron los que me informaron de todo. Estaban aquí, en la Fundación, restaurando un mosaico y me animaron para que echase la solicitud. Considero que el formar parte del proyecto sirve, en cierto modo, como un trampolín por la publicidad que tenemos".

"La convivencia se ha convertido en un factor bastante positivo para cada uno de nosotros porque todos estamos aprendiendo algo del resto --indica Cristina Megía, una pintora manchega que está trabajando en sus proyectos como integrante del grupo artístico--. Tenemos la oportunidad de conocer disciplinas distintas a las que cada uno desarrolla porque hacemos muchas puestas en común e intercambiamos opiniones e ideas. Se están creando unos lazos muy fuertes entre nosotros".

Pone me ut signaculum super cor tuum . Ponme un sello sobre tu corazón. Este versículo del Cantar de los Cantares es el lema de la Fundación Antonio Gala. El recinto dispone de cuatro zonas para desarrollar los trabajos de literatura, pintura, escritura y música. Un salón de actos, un lugar para exposiciones, cocina, comedor, el apartamento de Antonio Gala y las dos salas en las que se exhiben sus objetos personales configuran la esencia de la Fundación. "Además, cada uno disponemos de una habitación individual --dice Lander Calvelher, el componente más joven de la promoción, que se dedica a la pintura--. Nunca había convivido con gente mayor y me sorprende lo bien que nos llevamos todos. Además, aquí puedes aprovechar muy bien el tiempo y, aunque trabajamos mucho, siempre tienes la sensación de que podrías hacer mucho más. Creo que a todos nos afectará el irnos en Navidad a nuestras casa porque no queremos romper el ritmo de trabajo que llevamos". Lander dedica su pintura al estudio del cuerpo humano: "Creo que todavía queda mucho por descubrir en este campo y aquí tengo la oportunidad de profundizar en el estudio de los desnudos y también de experimentar con otros temas porque, el disponer de tanto tiempo te hace plantearte una pregunta: lo que pinto, ¿lo hago porque me gusta o porque sé hacerlo?".

LA TRANQUILIDAD DEL CORPUS

El ambiente de quietud y sosiego es lo que más agradece Juan Manuel Gil, un almeriense de 23 años: "Cuando entré aquí me propuse acabar el poemario con el que conseguí la plaza en la Fundación y embarcarme en una novela. Esta es la oportunidad que esperaba para demostrarme a mí mismo que valgo para esto. Me planteo mi estancia aquí como una oportunidad para crecer artísticamente, para ganar experiencia. La vida que nos ofrecen es estupenda por la libertad de que disponemos y la directora, Elsa, sabe perfectamente cómo tratarnos, sobre todo a los que, como yo, nos dedicamos a la escritura, pero no se entromete en nuestra labor, solamente nos aconseja y nos enseña maneras de mejorar".

Alexis Amador es el único escultor de la Fundación. Este joven sevillano afirma que su principal objetivo era "asesorarme e informarme porque no tenía una idea clara, un proyecto específico. Por ahora he realizado unas diez esculturas y algunos bocetos en barro. En mi labor me muevo por los sentimientos, el maltrato a la mujer y las nuevas tecnologías. Cuando salga de aquí pienso seguir adelante y luchar por continuar trabajando con la escultura. Quiero hacer de esto mi profesión porque soy escultor, no me queda más remedio".

La Fundación se rige por unas normas básicas de convivencia que se centran, básicamente, en el respeto del horario de comidas: "Desayunamos a las 09.00 horas, almorzamos a las 14.00 y cenamos a las 21.00 --comenta Mario Alcaraz, músico--. El resto del tiempo puedes dedicarlo a lo que quieras. Yo aprovecho para pasear por Córdoba, acudir a conciertos y hacer

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