El detective Carvalho entra en la cocina mediterránea

Cualquier cosa que toca Manuel Vázquez Montalbán con el badajo de su escritura hace sonar la campana del éxito. Eso es axiomático, sobre todo, si el badajo es un Carvalho y la campana es la gastronomía. De manera que con Carvalho Gastronómico (Ediciones B) estaba cantado.

La serie consta de 10 volúmenes de los que tres han recibido un premio internacional: Beber o no beber ha obtenido el Best Wine Education Book; La cocina de los mediterráneos , el Best Mediterranean Cuisin Book, y la colección completa, el Best Series.

La cocina de los mediterráneos, el séptimo de la serie, acaba de aparecer. Se trata de un exquisito compendio de la cocina catalana, valenciana y balear, del que el cantante y gastrónomo Pere Tapias, rememorando un conocido título del mismo autor, dijo que es "una crónica sentimental de las cosas cotidianas". Poniendo en marcha el ventilador para que la caca de determinada moda gastronómica alcance a quien corresponda, Tapias sentenció: "Han visto ustedes qué comen los chicos de Operación Triunfo ? ¿Vieron lo que le lanzaron a Figo en el Camp Nou? ¿Y si apedrearan al portugués con fuets, butifarres y carquinyolis? ¿No cantarían mejor los chicos de O T si comieran paella?". Montalbán, siempre en sus trece, dijo que el paladar "tiene tanta carga evocativa en la memoria como una melodía". Sin embargo, en la memoria de valencianos, castellonenses y alicantinos hay nostalgia de variedades de arroces que el libro obvia. Por ejemplo, de las decenas de recetas de arroz con bacalao sólo se mencionan dos: el empedrat (engrav en Castellón) y el de bacalao con acelgas. Notables, pero ni los únicos ni los más notables.

El autor de la serie ha querido escribir "una especie de Larousse de la cocina". La recopilación de recetas le costó años, aunque algunas han sido concebidas para este libro por cocineros de las tres comunidades gastronómicas.