GALERÍA STUDIO
Tiempo de silencio

Escalinata del edificio de la antigua Biblioteca Provincial / Manuel Ángel Jiménez
Después de un tiempo en que podríamos pensar en recogimiento y silencio, nada más lejos de la realidad actual. Desde hace décadas, en el corazón de la judería cordobesa, cada día es más difícil habitar. Sortear turistas, torear muchedumbres, hace imposible la tranquilidad y el sosiego de antaño. Te sientes como en ‘La isla inaudita’, de Eduardo Mendoza. Simplemente llegar hasta tu vivienda se hace insospechadamente imposible, frente a una serie de eventos que continuamente se organizan en este patrimonio de la humanidad convertido en parque temático. Recuerdo aquellos días en que, de mañana, bien temprano, paseabas por la calle donde habitó San Juan de la Cruz o el Inca Garcilaso y encontrabas en su despacho, a través de la ventana, al profesor escribiendo su próxima clase o artículo; más adelante, en su estudio, pintaba el genial artista. Y así, el paseo terminaba en la biblioteca pública; sí, ese espacio que ahora duerme esperando al mejor postor, mientras el ciudadano observa cómo se olvidan de él, en un lugar en que ya no existe biblioteca a la que acudir, habiendo podido permanecer como subsede de la principal, atendiendo a una zona donde se suele despreciar la cultura en beneficio del turismo.
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