Amaneceres
Fumata

El papa León XIV / Córdoba
Y todos esperando que apareciera la nube de humo anunciando el resultado de la votación en la elección del nuevo Papa. Mis ojos se desviaban más hacia las palomas que revoloteaban, alrededor de la chimenea, preguntándome si a ellas también les podría interesar tanto el color del humo que pudiera salir, o simplemente pasaban por allí y se tomaron un pequeño descanso en su primaveral revoloteo.
Por fin, un nítido humo blanco asomó tímidamente por esa chimenea, divulgando la decisión tomada por el cónclave: «Habemus Papa». El mundo entero hiperventiló.
Las palomas ni se inmutaron. Dicen que a este Papa le espera mucho trabajo porque estamos dejando de ser buenos cristianos, no vamos mucho a misa y somos algo traviesillos.
Pero, si estamos tirados en los aeropuertos y permanecemos en silencio, la cita para el especialista médico nos la dan a años vista y seguimos calladitos, los que nacemos con alguna discapacidad dicen que somos hijos del pecado o del desorden de la naturaleza y asentimos sin rechistar.
No se preocupe señor Papa, creo que somos buenos no, buenísimos. Más buenos que el pan.
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