Poesía
Alberti, entre la mar y Altair
La editorial Espasa publica ‘Marinero en tierra’ y ‘Canciones para Altair’

Rafael Alberti. | EFE
El año 2024 se conmemoraba el centenario de ‘Marinero en tierra’, y con este motivo se ha reeditado la obra de Alberti junto con ‘Canciones para Altair’ en una edición que lleva un estudio preliminar de Remedios Sánchez y notas de Manuel Francisco Reina. En las treinta páginas del estudio preliminar la catedrática Remedios Sánchez ofrece un recorrido biobibliográfico de gran interés donde resume la vida y obra del autor gaditano con un profundo sentimiento de cercanía y una evidente exaltación del autor que junto a Lorca fue llamado a liderar una generación poética. Se pregunta: «¿Y por qué nunca llegó el Nobel para Alberti?» Su respuesta no deja dudas: «Seguramente por haber aceptado previamente, en 1965, el Premio Lenin de la Paz concedido por las autoridades de la URSS» (p. 29). Nos habla del poeta del pueblo, del alzhéimer de María Teresa León, su primera mujer, y la llegada de Altair, María Asunción Mateo, con cuyo nuevo amor recobró la ilusión en una época de soledad interior aunque estuviera rodeado de gente en las mañanas. En ‘Canciones para Altair’ quiso hacer un poemario amoroso de corte erótico a la profesora valenciana que conoció en Baeza en 1983 con motivo de un homenaje a Antonio Machado y con la que se casará siete años más tarde en 1990: «Se trata de veinticinco poemas (a los que en esta edición se añaden dos valiosísimas inéditas) dividido en tres partes: una primera, aborda el descenso de Altair de las cumbres celestiales; la segunda, se centra en su estancia en la tierra en amorosa relación con el amado; y, en la tercera, se plantea su partida a la constelación de nuevo» (p. 34). Las treinta y seis páginas de notas de Manuel Francisco Reina son de enorme interés y muy clarificadoras para conocer algunos detalles precisos y concretos de los poemas, como por ejemplo, la influencia de Rubén Darío en los sonetos en endecasílabos, o el uso de la canción tradicional en ‘Mi corza’, la originalidad e innovación de Alberti en este libro inaugural..., así como las notas precisas a ‘Canciones para Altair’, un libro que, siguiendo a José María Balcells se indica que fue escrito entre 1983 y 1988. Asegura que no estaba completo el libro hasta hoy, con esta edición en la que «podemos ofrecer en primicia el corpus completo de dicho libro, compuesto en realidad por 27 poemas, número emblemático par Alberti, y organizarlos en el orden que su destinataria, y una de las máximas conocedoras de la obra de la que hablamos, sabe que debían estar» (p. 236). Nos dice que sigue la preceptiva aristotélica en tres partes, las alusiones al mundo grecolatino, la importancia de la astronomía, ya que Altair, el seudónimo de María Asunción Mateo, simboliza la personificación de una estrella, la estrella Altair, una de las más brillantes del universo. Reconoce además su intensidad erótica y el hecho de que «de no conocerse la edad de quien lo firmaba, podría haber pasado como un magnífico primer libro de un joven poeta enamorado» (p. 238).
‘Marinero en tierra’ nace con las nostalgias marineras de El Puerto, cuando tras olvidar su primera vocación, la pintura, decide que solo quiere ser poeta, y, como dice en ‘La arboleda perdida’, «con la nostalgia del mar, empiezo ‘Marinero en tierra’, mi primer libro orgánico de poemas. Gil Vicente y los cancioneros musicales de los siglos XV y XVI me prestan sus aires». Con la influencia de Garcilaso de la Vega, muy influenciado a su vez por la lírica italiana de Petrarca, Sannazaro y Ariosto cuando su estancia en Nápoles y por supuesto la de Virgilio, Horacio y Ovidio, y la lírica neopopularista, que tan buena acogida tuvo entre algunos poetas del 27 como el granadino Lorca, acometerá esta obra que en esta edición se estructura en dos partes, con ‘Sueño del marinero’ en el poema inicial, seguido de los sonetos alejandrinos en la primera y con la carta de Juan Ramón Jiménez en la segunda. Una obra que compendia modernidad e innovación, la simbolización de elementos marineros, las estrofas clásicas junto al lenguaje convencional y la agudeza lírica. Con metáforas muy ligadas a Lorca y una evidente influencia de Juan Ramón Jiménez. Y junto a la poesía culta, la neopopularista con estructuras paralelísticas que permiten el encuentro sonoro máximo y la fluidez y cadencia que puede poseer el mar. Imágenes del campo, de la pastora en los pinares, los leñadores, la corza, la amante, la aurora… van surgiendo en una geografía idealizada donde a veces se producen diálogos teatrales como en muchos romances medievales.
‘Canciones para Altair’ muestra el fuego y ardor de esa estrella incandescente que se toca o se esfuma, o gime, latente y poderosa con una pulsión siempre en vuelo y tras un amoroso lance desde el descenso de la estrella a la tierra y su encuentro con ella, misteriosa: «Vuélcate, estírate, tiéndete, levanta,/ éntrate toda entera en mi garganta,/ y para siempre vuélame a tus cielos». Una lírica vigorosa, metafórica, simbólica, llena de imágenes clásicas, ebrio de amor y música celeste: «cayendo sobre mí, fuego de amor,/ moradora en mi sangre desde entonces».
‘Y sobre el ancla una estrella’.
Autor: Rafael Alberti.
Editorial: Espasa. Madrid, 2025.
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