Novela
‘Cuántas noches son esta noche’

El escritor Juan Domingo Aguilar. / Jeosm
«Todo cuadro es una forma de cercanía», dice Anne Michaels. El yo de esta novela va siempre eligiendo versos de autoras o autores cuyas imágenes proyectan toda una suerte de sugerencias que encajan en el trasunto de este libro. También el título de dicha obra, que como una pregunta sin contestar se repite igual que un mantra durante casi todo el trayecto, y que no se responde hasta el final.
Es esta la primera incursión de Juan Domingo Aguilar, que fue residente de la Fundación Antonio Gala, en este género de la narrativa. Más conocido hasta ahora por su labor poética, este autor decide hacer su propia apuesta personal en el terreno de la novela y nos trae este trabajo, algo híbrido entre el diario y la novelístico. Hallamos una estructura en base a las distintas estaciones climatológicas, y ello le sirve para establecer la base de la voz –un yo omnipresente pero sin avasallar- que comienza a discurrir con su propia sintonía frente al amor, los sentimientos, la extrañeza de las situaciones, el desapego terrenal, la contradicción continua del personaje entre el mundo en el que vive y cómo le gustaría que en realidad fuese, aunque no lo explicite claramente. Pero ese sujeto que narra precisa en todo un momento de un ‘tú’ al que dirigir esa conversación –que claro está, nunca contesta de forma directa-, tal vez para hacerse más visible, para apoyarse en ese espejo que refrende sus pensamientos, sus acciones.
El lenguaje apunta en ocasiones hacia lo poético, pero sin falsas retóricas ni excesos, todo lo contrario, apostando por la sencillez expresiva y por abrir ángulos hacia la sugerencia. Podríamos hablar de un híbrido entre diario personal, ensayo y narrativa, en capítulos con su dosis de fragmentación, y que resuelve bien el autor, creando un cierto suspense, no dando nada por cerrado de manera hermética. Es una de las virtudes de esta obra, ese saber mantener cierto punto de tensión narrativa incluso cuando parece que no pasa nada trascendente pero siempre sucede algo. La extensión de los capítulos contribuye a mantener la tensión y atención del lector, a no cansarle con retórica sobrante y a cambiar de plano cuando se agota la imagen, cuando no tiene más que aportar y eso es un signo de inteligencia creativa: saber cortar a tiempo.
El concepto de tiempo subyace en todo momento durante la trama, generando una ligera sensación de melancolía de fondo, como un hilo musical que a veces suena más fuerte y otras se camufla, pero que todo lo impregna. Reflejado, sobre todo, en la cronología de los acontecimientos y en el poso que algunos de ellos van dejando, también hay otros momentos más específicos en que se trabaja este concepto y sus cargas de profundidad: la inminencia de la pérdida suele provocar en el protagonista una necesidad de aferrarse más a ese instante, a esa pérdida irremediable cuando se sabe cerca. Ello crea una tensión narrativa que brinda instantáneas acertadas hacia lo poético, y deja flotando esas respuestas que nunca llegan. Una primera incursión interesante de Aguilar en este género, marcando complicidad con el lector, saliendo a su encuentro bajo esos vínculos que las palabras establecen cuando llevan implícito su propio equipaje.
‘Cuántas noches son esta noche’.
Autor: Juan Domingo Aguilar.
Editorial: La Navaja Suiza Editores. Madrid, 2025.
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