GALERÍA STUDIO

La chanson de Prévert

Bodegón de hojas secas y una naranja

Bodegón de hojas secas y una naranja / MANUEL ÁNGEL JIMÉNEZ

Manuel Ángel Jiménez

Manuel Ángel Jiménez

Si uno observa, con detenimiento, mientras camina, puede encontrar magníficas composiciones que casualmente se conforman a sus pies. Basta con mirar hacia donde nadie más mira. Esa es la verdadera educación del fotógrafo, la de la mirada, encontrar la imagen que otros no ven en su camino.

Mientras espero, en un paso de peatones, que el semáforo cambie a verde, justo cuando los demás, atentos, miran al frente, solo hay que bajar la mirada y, en medio del asfalto, un charco; encontrar este bodegón donde las hojas secas y una naranja, en contraste con reflejos acuáticos, protagonizan la visión que a continuación queda registrada. Y, justo cuando disparo, en lugar de escuchar el mecanismo, comienzo a recordar aquella canción que compuso Serge Gainsbourg, después de escuchar a Yves Montand interpretar «Les feuilles mortes», con letra de Jacques Prévert y música de Joseph Kosma. Las hojas muertas, los amores muertos.

La chanson de Prévert.

La chanson de Prévert. / Manuel Ángel Jiménez

«...Porque cada vez, las hojas muertas, te traen a mi memoria/ Día tras día, los amores muertos no terminan de morir...».

Cuando llegan las primeras lluvias y el viento esparce las hojas alfombrando la ciudad, siempre recuerdo esta canción, la canción de Prévert.

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