efemérides

El desconocido escritor Niceto Alcalá-Zamora

El primer presidente de la Segunda República se adentró en las memorias y el ensayo literario

Integrantes del Gobierno provisional de la Segunda República, con Niceto Alcalá-Zamora, cuarto por la izquierda, entre Álvaro de Albornoz y Miguel Maura.

Integrantes del Gobierno provisional de la Segunda República, con Niceto Alcalá-Zamora, cuarto por la izquierda, entre Álvaro de Albornoz y Miguel Maura. / Efe

Niceto Alcalá-Zamora (1877-1949), el político cordobés de Priego, que fuera presidente de la Segunda República Española (1931-1936) sigue siendo bastante desconocido desde el punto de vista de su creación literaria. La parte más sustancial y perdurable de su producción literaria tuvo que ver con el memorialismo y la autobiografía. Perteneció, a su vez, a una generación, la de 1914 que transitó entre dos de las más grandes de la historia literaria española, como las del 98 y la del 27. Se cumplen 75 años de su muerte en el exilio argentino y para ello realizamos un acercamiento a su obra literaria, mucha de ella recuperada por el patronato Niceto Alcalá-Zamora de su pueblo natal, pero que sigue siendo poco reconocida y bastante obviada en medios tanto académicos, como en el común de la población.

Durante años envolvió la figura del presidente una leyenda negra que se sintetizaba en una expresión muy propagada por el sector tradicional contrario a su rivalidad política local, los valverdistas enfrentados a los nicetistas, encabezados por el monárquico José Tomás Valverde, que sintetizaban en una deleznable expresión la labor de don Niceto, como se le conocía en su tierra: «Hizo solo la cárcel». El tiempo y la investigación rigurosa se han encargado de desmontar esa leyenda sobre el personaje que se intentaba ridiculizar como ‘El botas’, por su apego a un peculiar tipo de calzado, los botines. Todo ello no quita que con independencia de posiciones políticas vividas en tiempos muy revueltos y polarizados, que desembocaron en la guerra (in)civil, Alcalá-Zamora haya quedado en el limbo de la historia, considerado de derechas y ultracatólico para la izquierda y republicano para la derecha. Ni un solo presidente democrático desde 1978 ha sido capaz de visitar públicamente su tumba para dejar una simple flor, mientras que algunos se han desplazado a otro país para realizarlo con otros personajes del mismo periodo.

«En la escritura se combina la claridad expositiva con una notable habilidad para el análisis histórico»

Formación académica y literaria

Niceto Alcalá Zamora fue uno de los expedientes más brillantes tanto de la educación secundaria, estudiando por libre y asistiendo tan solo a los exámenes, como de la Universidad; contando siempre con las más altas calificaciones como demuestran sus expedientes. Paralela a sus estudios transcurrió la afición por la lectura, que le hizo alcanzar una sólida formación tanto en la cultura de los clásicos grecolatinos, como en las literaturas francesa, inglesa e incluso rusa, a través de traducciones en estos últimos casos. La parte más conocida que nos llega de Niceto Alcalá-Zamora aparte de la política ha sido la de orador, caracterizado por una retórica barroca y recargada, que no dejaba indiferente y procuraba tantos admiradores como detractores. En ese sentido destaca la publicación de sus ‘Discursos parlamentarios en las Cortes Constituyentes de la II República: 1931’ (Patronato Niceto Alcalá-Zamora y Torres, Priego de Córdoba, 2023). Sin embargo, su dedicación literaria, con la que incluso llegó a ganarse la vida en el exilio, ha sido más desconocida.

En la escritura de Alcalá-Zamora se combina la claridad expositiva con una notable habilidad para el análisis histórico. Aunque no era un autor de ficción, sus textos tienen un notable valor literario por su capacidad para plasmar la complejidad de la política y la sociedad española de su tiempo y el elevado conocimiento gramatical. Además, su prosa, elegante y sobria, refleja su formación jurídica, como declaró Stanley G. Payne, que tal vez en toda la larga historia del país, probablemente, no ha habido nunca un jefe de Estado que conociera tan bien las complicaciones de las leyes como él.

En términos de legado, la obra de Alcalá-Zamora constituye un testimonio esencial para comprender uno de los períodos más convulsos de la historia contemporánea de España. Si bien no se le puede considerar un literato en el sentido tradicional, su producción escrita nos ofrece una rica fuente de conocimiento histórico y político. Tan solo recordar el hecho de que perteneció a tres reales academias (Jurisprudencia y Legislación, Ciencias Morales y Políticas y de la Lengua). En esta última, aun siendo jefe de Estado y acudiendo los jueves con sus correspondientes propuestas lexicográficas.

«De todo la obra que compone sus memorias destaca la parte que compone viaje de Marsella a Argentina»

Las Memorias

Alcalá-Zamora destacó como un escritor comprometido con los ideales de su tiempo, utilizando la escritura como una herramienta para la reflexión y el entendimiento. Su obra no solo complementa su figura como político, sino que también lo posiciona como un intelectual preocupado por dejar un registro crítico y fruto de ello fueron sus ‘Memorias’, doblemente redactadas, las primeras robadas de una caja fuerte del banco Credit Lyonnais de Madrid durante la guerra (por el propio gobierno republicano) y las segundas reescritas, ojo, sin documentación, tan solo con el apoyo de su privilegiada memoria y sin errar una sola fecha. El periplo del manuscrito resulta novelesco. El Grupo de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil, en diciembre de 2008, incautó un grupo de documentos vinculados a Niceto Alcalá-Zamora, que fue entregado al Ministerio de Cultura un año después. Tras la revisión de tales documentos y la resolución del caso judicial fueron entregados al Estado. Previamente la editorial Planeta las había publicado en 1977. La editorial La Esfera de los Libros publicó los llamados como «diarios robados» con el título de ‘Asalto a la República, enero-abril 1936’ (2011) y ‘Memorias de un ministro de Alfonso XIII, 1877-1923’ (2013). Resulta curioso que casi todos los grandes protagonistas de la Segunda República escribieron sus memorias, a modo de ‘justificatio’ de sus hechos, aunque no siempre se presenta la verdad, como se declara por parte de todos. El propio autor nos lo advirtió: «La memoria parece grande por lo que muestra en recuerdos; lo es mucho más por lo que ciertamente esconde».

De todo la obra que compone sus memorias podríamos destacar la parte que compone el azaroso viaje desde Marsella hasta Buenos Aires que debía realizarse en 15 días y acabó prolongándose en 441 días un viaje azaroso desde Francia a la Argentina, título que se publicó originariamente por la editorial Sopena en Argentina y reeditado en 2006 por el Patronato Niceto Alcalá-Zamora. El texto supone uno de los más significativos ejemplos de las penurias que sufrieron los exiliados republicanos. Un reciente libro ha novelado los hechos por parte de Arantzazu Ametzaga Iribarren, ‘Cartas desde la libertad’ (2021). Debiera tratarse en cualquier encuentro de memoria histórica que se precie.

Los escritos literarios

Quien esto escribe fue motivado por el catedrático Francisco Abad Nebot en la elección de motivo principal para realizar su tesis doctoral la obra literaria de Niceto Alcalá-Zamora. Fue toda una sorpresa encontrar todo lo escrito por el más ilustre paisano prieguense. Resulta ingente abarcar todo lo escrito por el presidente, por lo que seleccionaremos algunas obras, las menos técnicas. Don Niceto fue entusiasta lector del ‘Quijote’, como queda demostrado en un trabajo ‘El pensamiento de «El Quijote»’, y varias conferencias que le dedicó en la Argentina, como la última que pronunció en vida. Se acercó a la obra desde el punto de vista del derecho, pero en parte fue una excusa para un estudio más amplio, abordando la obra cervantina. Pero antes ya había tenido relación con el autor de ‘Don Quijote’, ocupando responsabilidades políticas trascendentales, por ejemplo, en la defensa del supuesto lugar de enterramiento de Miguel de Cervantes en Madrid en varias ocasiones, cuando iba a ser expropiado y demolido el convento de las Trinitarias para construir pisos. A lo largo de su vida nunca desaprovechó Alcalá-Zamora alguna ocasión para mostrar su interés por la literatura y reflejarlo en estudios, que bien acercaron ésta al derecho y viceversa, como en el caso de ‘El derecho y sus colindancias con el teatro de Ruiz de Alarcón’ (1934) o en ‘Aspectos sociales y jurídicos de «I promessi sposi»’ (1928) de Alejandro Manzoni, incluso en proyectos más ambiciosos en intención como ‘Los protagonistas en la vida y el arte’. También sintió especial predilección por el teatro, del cual era asiduo espectador y lector, como nos ha reflejado en distintas ocasiones en sus ‘Memorias’ y, sobre todo, en el discurso de ingreso en la Real Academia de la Lengua que tituló ‘El derecho como materia teatral’. Ya en el exilio redactó una serie de artículos sobre teatro para la publicación argentina ‘Chabela’, de público preferentemente femenino, que han sido editados por primera vez compilados en conjunto bajo el título de ‘Psicología teatral femenina (artículos publicados en la revista «Chabela»)’ de Buenos Aires. Buen aficionado al teatro se decanta por autores de su preferencia como son los que más veces trata, caso de Eurípides, o los hermanos Álvarez Quintero. También destacan los que no son de su agrado, sobre todo un autor como Racine. En la novela demuestra su predilección por Galdós. Fue dado también a la literatura aforística como se recoge en el ejemplar ‘Pensamientos y reflexiones’ (Patronato Niceto Alcalá-Zamora, 2001), donde podemos adentrarnos en la personalidad del autor, desprendido de la parte más rígida de la escritura, como lo demostró una pequeña obra escrita a lo largo del tiempo y publicada a título póstumo por su familia, sin que él lo hubiera pretendido, ‘Horas de tregua’, edición actual de 2006 a cargo de Jaime Siles, supone un librito de poemas donde las reflexiones sobre el alma y el paisaje dominan. Magnífico conocedor de la métrica y retórica destaca esta por encima de la temática, aunque no debemos perder de vista que nunca fueron escritos tales versos para su publicación y lo que resulta de un valor ineludible es el conocimiento de un jefe de Estado a través de su poesía; ya que en nuestra historia ha sido una ‘rara avis’. Alcalá-Zamora fue incluso protagonista en varias novelas como ‘Los trabajos del detective Ring’ (1934), una parodia mordaz de Wenceslao Fernández Flórez o la más ecuánime, ‘El presidente’ (1987), de Cristóbal Zaragoza. La última sorpresa en la que aparece ha sido la novela gráfica ‘República’ (2024) del italiano Claudio Stassi basado en una curiosa historia, la aparición de unas cintas de cine de Fox Movietone sobre el día de la proclamación. Esa cinta estuvo escondida durante décadas detrás de un armario en Priego de Córdoba en la casa del alcalde Francisco Adame, amigo del presidente de la República.

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