novela

La península ‘vacía’ de David Uclés

El escritor jiennense firma una de las obras del año con una trama centrada en la Guerra Civil

David Uclés. | A.M. ROMASANTA

David Uclés. | A.M. ROMASANTA

Córdoba

‘La península de las casas vacías’, de David Uclés, es una novela que logra entrelazar la cotidianidad y lo onírico en un espacio desolado y sugerente para la revisión como es la guerra (in)civil que vivimos en España durante tres años, aunque hemos de aclarar de inicio que alcanza significado pleno el hecho de llamar «península» e Iberia al territorio donde transcurren los hechos. La obra se inscribe en una vertiente narrativa contemporánea que toma algunos elementos del realismo mágico y los adapta a las sensibilidades, técnicas y problemas actuales, pura posmodernidad, incluso sobrepasada; en este caso explorando temas como la irracionalidad de un enfrentamiento entre vecinos o hermanos, las bajas pasiones en periodos donde no hay freno, el abandono, la solidaridad, la soledad, el amor oculto –tema no muy frecuente en nuestra narrativa guerracivilista- o el peso de la memoria en lugares que parecen casi en el olvido, donde la singular voz narrativa del realismo mágico tal vez sea la mejor (y novedosa) manera ética de acercarnos.

La trama sigue a personajes solitarios y enigmáticos que habitan o transitan por casas y territorios vacíos, deshabitados o en ruinas, casi como espectros anclados en una tierra que los rechaza y los guarda al mismo tiempo, aunque la historia nos ha mostrado una parte de ellos. Estos personajes parecen suspendidos en el tiempo, despojados de un sentido claro de pertenencia, y esta falta de dirección contribuye a un tono profundamente melancólico y sombrío que domina la narrativa. La península «vacía» de Uclés es, además, un espacio casi místico, entre la realidad y la irrealidad: no es solo un escenario físico, sino un estado mental de abandono y desconexión, que transforma lo cotidiano en algo ligeramente surrealista, distanciado.

Lo que llama especialmente la atención en ‘Las península de las casas vacías’ es el modo en que Uclés logra que el escenario y los personajes adquieran un carácter fantasmal que recuerda a ciertos recursos del realismo mágico o del cine de autores como Juan Luis Cuerda, un estilo que en España encontró un cauce propio y único en obras de autores como Juan Goytisolo o Ana María Matute. Recordemos un episodio que podría aparecer en el libro como fue ‘Crimen’ de Agustín Espinosa, inspirador de ‘La edad de oro’ de Luis Buñuel. Al autor se cuenta que los falangistas le hicieron comerse el libro. Uclés recoge esta herencia al sugerir que los espacios y las personas contienen secretos, conexiones invisibles y energías que parecen rebasar lo puramente tangible. Los lugares abandonados por fuerza afloran en silencios que evocan la crueldad y la bajeza del ser humano cuando la espita de la razón se cierra. A lo largo de un enorme territorio de esa mítica Iberia podemos seguir a los personajes por los escenarios de la crueldad, pero también del amor o la solidaridad. Lo mejor y lo peor.

Sin embargo, en lugar de buscar el prodigio como en el realismo mágico clásico, Uclés recurre a una suerte de realismo existencial que transforma el espacio en reflejo de los vacíos internos. Su prosa es precisa y evocadora, construyendo atmósferas que atrapan al lector similar a lo que hacían Gabriel García Márquez o Isabel Allende con las tierras míticas de Macondo o el Valle de las Maravillas. Respecto a estos arriesga más en el lenguaje, en la forma, y es capaz de integrar elementos como el grafismo o la poesía visual letrista, incluso lleva hasta el estiramiento más resistente la figura del narrador, como «un dios» narrativo demiúrgico al uso, que en su capricho arma y desarma la acción.

«Lo que llama la atención es el modo en que Uclés logra que el escenario y los personajes adquieran un carácter fantasmal...»

‘La península de las casas vacías’ se convierte en una novela profundamente atmosférica que destaca por su capacidad de mezclar elementos irreales con una reflexión contemporánea sobre el desarraigo, la soledad y la panorámica del ser humano en medio de una contienda bélica, en el ejercicio de la supervivencia, pero también de las emociones. Aparece un reflejo del peso de los espacios y las memorias, un novedoso acercamiento a una temática arriesgada como la guerra civil, con tantos referentes. Uclés da la impresión, si no tenemos referencias previas, de que es un autor maduro, bregado en la narrativa y, sin embargo, sorprende que un treintañero haya pergeñado una novela de tal valía, heredero cervantino y enriquecedor con el resto de tradición hasta alzarse como una voz singular, pese a estar varias generaciones alejado de la trama original. Incluso en determinados momentos se ofrece como generador de la propia banda sonora de la lectura. Y también debemos quedarnos con que sin renunciar a una visión que toma partido, no obvia, ni esconde lo que en un episodio cruento tan devastador pueden llevar a cabo cualquiera de los bandos, en concreto las personas que se presentan o acaban en «huno» u «hotro, como nos recuerda el autor. También apuntaremos que se ofrece un canto a la tierra y a la relación que el ser humano mantiene con esta. El territorio mítico y rural de Jándula, que en realidad es Quesada (Jaén)», se presenta con sus propios ritmos hasta convertirse en un personaje más. Estamos ante una de las novelas del año.

‘La península de las casas vacías’.

Autor: David Uclés.

Editorial: Siruela. Madrid, 2024.

¿Quién es David Uclés?

David Uclés (Úbeda, 1990) es escritor, músico, dibujante y traductor. Intérprete de acordeón, guitarra o arpa. Destaca por ser absolutamente polifacético y dominador de artes, que incluso ha puesto al servicio del voluntariado social. En marzo de 2024 publicó su tercera novela, ‘La península de las casas vacías’, con la editorial Siruela. Recibió las becas Leonardo y Montserrat Roig, que en el primer caso permitió la necesaria documentación de meses por la Iberia (España y Portugal, 25.000 kilómetros en 3 meses), creada de manera mítica en el libro, en la invención de un nuevo espacio literario denominado Jándula (Quesada, Jaén), al modo de otro jiennense y ubetense, Antonio Muñoz Molina con Mágina. En 2019 recibió el Premio Complutense de Literatura por la novela ‘El llanto del león’, y en 2020 publicó ‘Emilio y Octubre’ (Dos Bigotes). En cuanto a su formación lingüística, es licenciado y máster en Traducción e Interpretación. Ha trabajado en Alemania, Suiza y Francia como profesor de español, alemán, francés e inglés, idiomas que domina. Todo un humanista renacentista. 

Alcanza en este momento ‘La península de las casas vacías’ la séptima edición una de las ya calificadas como mejores novelas del año y cuenta con traducción a otros idiomas. ‘La península de las casas vacías’ resulta un homenaje novedoso a la memoria de tantas personas que padecieron la cruenta guerra civil. Su abuelo fue el inspirador, el germen, como narrador de tales historias que fueron creciendo con la investigación hasta lugares de elevación literaria, aunque el propio autor declara que como lector no le atraerían. Como perteneciente a una generación que la temática belicista patria le queda lejos, ha sorprendido con el manejo no solo formal sino de contenido abarcando los tres años de guerra. Para un ‘milenial’, por generación, resulta curioso que se haya centrado en esa temática, llegando a leer simplezas como que no puede contar nada de la guerra con la edad que tiene. Sin embargo, para la gran mayoría de críticos y lectores se trata de una de las mejores novelas del año. Por cierto, un caso más de novela rechazada en distintas editoriales y mejorada con cada negativa.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents