NOVELA

Ambición y vanidad del escritor

‘La gata que nos vigila’, la segunda novela de Fernando Sánchez Mayo

Fernando Sánchez Mayo. | CÓRDOBA

Fernando Sánchez Mayo. | CÓRDOBA

Alberto Monterroso

Alberto Monterroso

¿Hasta dónde estaría dispuesto a llegar un escritor hambriento de fama y ventas para conseguir el éxito editorial? ¿Qué sacrificios, imposturas y traiciones perpetraría para alcanzar sus ambiciones? De eso trata la segunda novela de Sánchez Mayo, ‘La gata que nos vigila’, un relato dentro del mismo relato, con estructura cíclica, donde la vida real del novelista se hace novela y a la inversa, mostrando un mundo que resultará familiar a poetas, escritores y artistas en general, que, en algún momento de su vida profesional, han sentido la tentación de entregar su alma al diablo, o incluso han caído en ella, con tal de alcanzar fama y premios, reconocimiento general y caricias a su vanidad.

«¿Cuánto damos a cambio de conseguir nuestras ambiciones?», esa es la pregunta a la que intenta contestar la novela y que aparece como colofón en la última página de la misma. El ansia por llegar a todo lo alto, la necesidad del poeta, escritor y artista de alcanzar fama y éxito, de lograr reconocimiento y premios, e incluso soñar con un puesto de honor en el Parnaso literario, arrasa con la humanidad de muchos. Ante esta tentación en el desierto, conducidos allí por el espíritu de la vana literatura, los hay que sucumben: allí terminan sororidades y fraternidades, aparece la ambición y la vanidad, el deseo irracional de apartar a cualquiera que pueda suponer una amenaza, eliminar la competencia y hacer cuanto sea necesario para alcanzar esa fama efímera pero adictiva, que puede convertirse en la más potente y perniciosa de las drogas.

Maximiano Estévez es un novelista hambriento de éxito que quiere alcanzar a toda costa la fama editorial. Eso le lleva a aprovecharse de tres mujeres que están pasando por un momento difícil, pero que pueden influir decisivamente sobre la promoción y éxito de su novela, su tercer libro, en el que ha puesto todas sus esperanzas y ambiciones literarias. Ariadna es su editora, está pasando por un momento muy delicado, acosada por la depresión ante un divorcio que ella no entiende, mujer pasional y carnal, no comprende que su marido la haya dejado para practicar el sexo tántrico. Algo parecido le ocurre a Delia, encargada de la promoción de su obra, una excelente crítica literaria que también ha fracasado en su matrimonio al entender que tanto su marido como su propio padre la han estado engañando toda la vida mientras, entre ellos, mantenían una tórrida relación homosexual. Sandra es una joven que quiere hacer una tesis doctoral sobre la obra de Maximiano, mujer aparentemente muy perspicaz en el terreno literario, pero no tanto en el emocional. Las tres mujeres quedarán atrapadas en las redes de Maximiano, que al principio solo intenta hablar con ellas, hacer las veces de psicólogo barato y calmar su ansiedad, para que se dediquen con profesionalidad y seriedad a la promoción de su novela. Esos motivos egoístas son los que también le llevan a acceder a los deseos de Sandra de realizar una tesis doctoral sobre su obra. Y lo que en un principio parece solo un intento de consuelo con la idea de que las tres mujeres alcancen la estabilidad emocional suficiente para que hagan bien su trabajo y beneficien su promoción literaria, se va convirtiendo, poco a poco, en una relación a tres bandas, donde el sexo, el juego psicológico y la manipulación alcanzará tintes dramáticos hasta que toda esa burbuja estalle en el mismo rostro y corazón del escritor que vivirá su propio descenso a los infiernos. Novela entretenida, estilo ágil, notas de humor y reflexión que, sin duda, interesarán a todos los escritores noveles a los que el propio autor invita a asomarse al abismo de sus propias ambiciones.

‘La gata que nos vigila’.

Autor: Fernando Sánchez Mayo.

Editorial: Aliar Ediciones. Granada, 2024.

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