NOVELA

Contengo multitudes

‘Consumir preferentemente’, el debut premiado de Andrea Genovart

Andrea Genovart. | FERRÁN NADEU

Andrea Genovart. | FERRÁN NADEU / Diego Marín Galisteo

La intención de Andrea Genovart (Barcelona, 1993), cuando envió su libro al Premio Llibres Anagrama de Novela, era, según ha comentado, conseguir llamar la atención de la editorial con su primera obra. Tal vez, lograr que un miembro del jurado pusiera su historia en circulación en algún momento. Que la moviera entre el gremio, y a esperar la llamada. Esa llamada se produjo, pero fue para comunicarle que ‘Consum preferent’ había conseguido ganar el premio. Tras ese importante paso, llegó el de la traducción del catalán, a cargo de Rubén Martín Giráldez. Un trabajo que no fue nada sencillo, y en el que estuvo muy presente la propia escritora para poder dejar constancia de la condición bilingüe de Alba, la protagonista. Para que no se perdiera ese hecho con la llegada de ‘Consumir preferentemente’.

Quien comience a leer esta novela se encontrará con una historia incómoda pero atrayente. Lo es en cuanto a la propuesta estilística, pero también por la propia protagonista, a la que nos acercamos a través de su flujo de conciencia. Un desafío que merece ser atendido para descubrir que Alba es tan insoportable como magnética. Tan provocadora como necesaria. Aunque no es así como se muestra y para ello hay que ir siguiendo los abundantes momentos de monólogo interior, excesivos y divertidos en bastantes ocasiones: «Vivo conectada con la vaciedad más extrema y, lógico, he crecido en el país donde se han construido más hoteles y aeropuertos fantasma: todo es de un eco sentenciador. De aquí la losa, los hombres de negro, el silencio del padre de los hijos que como no han vivido ninguna guerra y no saben a qué enfrentarse optan por exiliarse. Y brindar por Skype desde cualquier ciudad donde han aterrizado con Ryanair sin derecho a escoger asiento y teniendo que aguantar solitos el miedo a morir catastróficamente».

«Quien comience a leer esta novela se encontrará con una historia incómoda pero atrayente...»

No solo hay flujo de conciencia, similar al desvarío temático entre una red social y otra, entre una publicación y la siguiente. Alba Giraldo Domènech deja a un lado las interferencias de su discurso interno cuando se enfrenta al espacio que le ha tocado en su modo vida: relaciones, trabajo, ocio… Es ahí donde no acaba de encajar, lo que le provoca la angustia a la que solo tienen acceso los lectores, únicos testigos de las provocaciones que se suceden dentro de su cabeza: «Podría haber habido un atentado terrorista, el secuestro de un monarca o el repentino fallecimiento de un Rolling; alguna noticia de esas que hacen que la jornada no sea Un Día Cualquiera. De esas que hacen que cada diez segundo actualices Twitter o la app del diario alternativo autofinanciado. No se puede decir en voz alta, pero me gusta que de tanto en tanto pasen cosas insólitas, es decir, desgracias».

Todo se agrava cuando trata de encontrar respuestas en la ciudad, que le devuelve señales dispersas, interferencias con el idioma, con las ideas, con la política. El espacio exterior no se muestra coherente, pero sí le demanda una lógica personal que ella es incapaz de asumir. Trabajos precarios, formar parte del feminismo, acudir a eventos culturales. Situaciones que se entremezclan para conseguir la desubicación máxima: «El World Press Photo, La Casa de los Horrores adulta. Un pasillo para experimentar la angustia a cada paso, una culpabilidad que no puedes eludir y que estás obligada a afrontar en público deteniéndote ante cada fotografía un mínimo de cinco minutos mientras crece en tu interior el arrepentimiento por no haber hecho ciertas llamadas pendientes». Barcelona aparece entonces como un personaje más. En una vida que se presenta como las etiquetas de muchos productos de alimentación, que advierten de una fecha de consumo, una frontera de decisión para hacer siempre lo que es recomendado. Y así a cada momento, con todo. Más allá de la fecha indicada las consecuencias deberán ser asumidas por su cuenta y riesgo. La culpa que es provocada por un consumo de alimentos a los que Alba se acerca como refugio. Asumir, finalmente, todas esas contradicciones con un canto a sí misma.

Genovart nos plantea en la novela una estructura que tiene sentido, que está trabajada, y un ritmo hecho a base de repeticiones bien calculadas: «Pulso Crear una nota. No sé qué decir, los surrealistas se reirían de todo esto, porque la escritura es juego, las reglas las pongo yo y una tormenta de berenjenas nos persigue mientras esculturas de humo nos obstaculizan». ‘Consumir preferentemente’ es una herida que nos mira y nos pide que la hurguemos para así continuar siendo conscientes de que ahí ha pasado algo.

‘Consumir preferentemente’.

Autor: Andrea Genovart.

Editorial: Anagrama. Barcelona, 2023.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents