DIETARIO VERSÁTIL

Poesía es poesía

El poema de la mexicana Rosario Castellanos contiene el doble sentido de lo poético, además de una historia dentro

Rosario Castellanos.

Rosario Castellanos. / CASA DE MÉXICO

El poema «Ajedrez» de la poeta mexicana Rosario Castellanos, como toda su escritura, incluida la narrativa, contiene el doble sentido de lo poético, además de una historia dentro.

Dice en dicho poema: «Porque éramos amigos y a ratos,/ nos amábamos. (...) Decidimos jugar juegos de inteligencia». No lo transcribo completo, lo esencial está ahí y, sobre todo, en los versos siguientes: «Pusimos un tablero enfrente/ equitativo en piezas, en valores. (…) Aprendimos las reglas, les juramos respeto/ y empezó la partida».

Por otra parte, la poeta argentina Mirta Rosenberg, en reflexión e intensidad exploratoria con los límites del lenguaje, en ‘El arte de perder y otros poemas’ (2016), edición de Olvido García Valdés, escribe: «Esto es un árbol. La raíz dice raíz,/ rama cada rama, y en la copa/ está la sala de recibo/ de un mirlo que habla./ La mesa donde escribo está hecha de madera de ese árbol convertida por el uso y por el tiempo/ en la palabra mesa».

Chantal Maillard, una de las voces más intensas y radicales de la poesía española y europea actual, coloca el contrapunto en ‘La herida en la lengua’: «Si viniera,/ si una mujer viniera, ahora, / si una mujer viniera al mundo con/ la espiga de luz de/ las matriarcas: debería/ si hablara de este tiempo/debería/ tan sólo balbucir, balbucir/ y así tal vez/ tal vez así/ así así/ tal vez». El hilo que las une converge en sus escrituras de vida y realidad poética.

Y Mary Oliver, una poeta estadounidense, nos dice en el poema «Gansos salvajes»: «Sólo tienes que dejar que ese delicado animal/ que es tu cuerpo ame lo que ama». Vida y poesía por sí mismas, polifonía, tal vez susurro.

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