NOVELA

Es un buen libro

‘Los empleados’, la nueva obra de la poeta y novelista Olga Ravn

Olga Ravn.

Olga Ravn. / LÆRKE POSSELT

La poeta y novelista Olga Ravn (Copenhague, 1986) tiene a la escritora Ursula K. Le Guin como a una de sus heroínas. Para esta, la escritura es un espacio abierto en el que no reina el orden (no hay una línea clara), sino más bien un conjunto de situaciones, planteamientos y vías que han de buscar su propia forma. Más aún: no hay que obligar a las historias a cobrar un determinado aspecto, lo que hay que hacer es dejar que se muestren. Escribir plantea entonces una forma de danza entre el escritor y el lector. Tan importante es que quien escriba confíe en sí mismo, en lo que crea, como que confíe en el lector, que no ha de ser una víctima indefensa o un consumidor pasivo, sino un colaborador inteligente y digno. Un cómplice.

Desde esa conjunción ha de leerse ‘Los empleados’, la nueva novela de la escritora danesa (que debutó como narradora en 2015 con ‘Celestine’). Es así porque al iniciar el libro subimos a bordo de la nave seis mil, y ante nosotros se van sucediendo los testimonios de los empleados de dicha nave. Trabajadores de una tripulación en la que hay humanos y humanoides. Que salen a explorar el planeta Reciente Descubrimiento que llevan meses orbitando, y que introducen unos extraños objetos en la nave, dando origen a un conflicto interno. Los humanos comienzan a echar de menos la Tierra; los humanoides cuestionan ese hecho una y otra vez. Hasta que son convocados a una comisión de la que (como lectores) nos sentimos parte. Se nos va dando cuenta de lo que ocurre en la nave, y es entonces cuando vamos comprendiendo cómo funciona todo allí (o cómo ha dejado de funcionar), encajando las piezas de una trama que no alcanzamos a entender al principio. Pero bailamos invitados por el poder de sugerencia de Ravn, que mantiene en la brevedad de los testimonios un ritmo pausado y, en ocasiones, hasta poético. Todo está calculado al milímetro en esta narración de la que extraemos una lectura que se expande a nuestra propia realidad.

Hay una crítica equiparable a la cultura laboral del presente, que ha deshumanizado el trabajo, que lo ha precarizado haciendo que los empleados formen parte de una cadena, de una numeración productiva, sin más. En la novela, se muestra a través de las entrevistas con humanos y humanoides (desordenadas, censuradas o incompletas) que nos desvelan algunas claves. Así, por ejemplo, el testimonio 019 cuando señala para terminar su declaración: «Me habéis creado, me habéis dado el lenguaje, y ahora soy capaz de ver vuestros errores y carencias, de ver la insuficiencia de vuestros proyectos». O el muy interesante testimonio 031, que nos presenta a un humanoide sorprendido por los dilemas laborales de su compañero humano: «Posee una habilidad increíble en lo que se refiere a la eficacia y me alegra poder aprender de él. Yo mismo he mejorado observando cómo es posible modificar el proceso de trabajo de modo que logremos un mayor grado de eficacia en un contexto laboral concreto. Cosa que me produce gran asombro, dado que yo no he experimentado una mejora tal en mi rendimiento sin que mediase una actualización». La autora nos hace ver nuestro sistema (los fallos y las carencias que presenta en cualquier nivel de las relaciones laborales) mediante una distopía que no parece tan lejana.

Olga Ravn encuentra en la ciencia ficción un espacio narrativo idóneo para jugar con estos planteamientos, para experimentar con la forma y con la estructura, y con la posibilidad de trabajar, en un entorno artístico, el lenguaje y los conflictos laborales. Preocupada no solo por la importancia de los cuidados entre los seres humanos, en el modo en el que se ayudan, sino también por la atención activa hacia la tierra y la ecología, en cómo habitamos el planeta desde esa posición, en ‘Los empleados’ nos sitúa ante la desaparición de lo humano, de la naturaleza de la que surge. Algo que nos puede afectar (sin la necesidad de salir de la Tierra) y a lo que ya se refirió el filósofo australiano Glenn Albrecht cuando acuñó en 2003 la palabra «solastalgia» para definir el trastorno psíquico o existencial debido a la destrucción y a los cambios medioambientales.

Quizás, sumergida en ese sentimiento de pérdida, fue estimulante y esperanzador para Ravn encontrar en las palabras de su madre, tras leer el libro, a la cómplice perfecta, a la compañera ideal con la que establecer la danza más armoniosa entre escritora y lectora: «Oh, es un buen libro, muchas gracias. Solo recuerda que quiero que me entierren. No quiero que me incineren». Mientras sea posible, volver a la tierra cuando la misión termine.

‘Los empleados’

Autora: Olga Ravn.

Editorial: Anagrama. Barcelona, 2022.

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