EFEMÉRIDES LITERARIA

'Antorcha de paja': cincuenta años de luz

La revista cordobesa tuvo una gran influencia tras los Novísimos. En 2023 se cumple medio siglo de la publicación iniciada en 1973

La revista ‘Antorcha de paja’ fue impulsada por Rafael Álvarez Merlo, Francisco Gálvez y José Luis Amaro.

La revista ‘Antorcha de paja’ fue impulsada por Rafael Álvarez Merlo, Francisco Gálvez y José Luis Amaro. / DE LA FUENTE

Pedro Ruiz Pérez

Hace justo diez años, en las páginas de Cuadernos del Sur de este mismo diario, en la celebración de los 40 años desde la fundación de ‘Antorcha de Paja’, Juan José Lanz, una de las voces más autorizadas en la materia, sostenía que «la revista cordobesa marcó la renovación poética tras los Novísimos» y rotulaba sus palabras «La antorcha que nunca se apaga». Por su parte, el poeta cordobés Pablo García Casado sintetizaba la continuación de esta empresa en la trayectoria poética de sus protagonistas, dando las claves de lo que fue la revista y su proyección: «Han abandonado un tanto su posición de ‘outsiders’ sin perder la independencia, la ética ni la heterodoxia». Hoy, al medio siglo de una de las iniciativas más significativas y trascendentes en la poesía española de los 70, podemos hallar en esas palabras las claves de una vigencia: el reconocimiento académico, de los medios culturales y de los poetas de generaciones sucesivas, una doble dimensión nacional y local (que en el caso de la poesía cordobesa no es sinónimo de reduccionismo) y un sumario preciso de los valores de una empresa poética marcada por la renovación desde la heterodoxia.

Tras diez años de vida (1973-1983), la revista cordobesa ‘Antorcha de Paja’ no tardó en encontrar un merecido reconocimiento. Una temprana y lúcida lectura de un panorama de cambio en la poesía cordobesa de la década del final de la dictadura se debe a Pedro Roso y su estudio y antología ‘Quince años de (joven) poesía en Córdoba (1968-1982)’ (1984). En sus páginas se singularizaba la aportación de la revista y la de sus tres poetas protagonistas, Francisco Gálvez, José Luis Amaro y Rafael Álvarez Merlo, subrayando su «identificación entre poesía y vida», una apuesta por devolver calor vital al verso frente a una línea hegemónica que parecía querer escindir ambos polos. Y, desde la peculiaridad estética de cada uno de los poetas que la promovían, la revista lo hacía con la creación de un espacio abierto al encuentro y al diálogo, porque ‘Antorcha’ siempre fue en el panorama cordobés posterior a Cántico una ventana abierta a las más interesantes propuestas innovadoras en el ámbito nacional y especialmente andaluz.

‘Antorcha de paja’: cincuenta años de luz

‘Antorcha de paja’: cincuenta años de luz / Pedro Ruiz Pérez

En palabras de Juan Bernier en 1979: «En la poesía cordobesa no se ha notado este impacto del mundo moderno producido a partir del 68 francés. Sin embargo, en ‘Antorcha de Paja’ sí se ha producido esta adecuación». La referencia directa era la antología ‘Degeneración del 70’ (1978), donde todo ello se plasmaba en la nómina de poetas implicados, en la variedad de sus propuestas y en la común actitud de heterodoxia. La primera fue objeto del estudio de Blas Sánchez Dueñas (2021), mientras que la segunda pasó al subtítulo del más amplio estudio sobre la revista, debido a Juan José Lanz: ‘Antorcha de Paja. Revista de poesía (1973-1983). Heterodoxia y canon en la poesía española durante la Transición’ (2012). Y cabría añadir que la obra posterior de poetas como Fernando Merlo (póstuma), Mª Luz Escuín, Justo Navarro, Álvaro Salvador o Antonio Jiménez Millán definió los perfiles de la poesía en la década siguiente entre las últimas manifestaciones del experimentalismo radical y los nuevos senderos de la otra sentimentalidad. Todos ellos estaban en germen en una compilación intuitiva y valiente, perspicaz y comprometida, con algo de manifiesto implícito y abierto, sintetizado en la sugerente ilustración de portada por Julio Juste, tan conectada con el pop, la novela negra y el cine como ajena a los usos en boga para la poesía. Ruptura estética y pulso vitalista como señas de identidad de la antología, de la revista, de la obra personal de Gálvez, Amaro y Álvarez Merlo y, tras ellos, de una poesía cordobesa posterior que no fue ajena a este legado. Así lo explicitaron los jóvenes poetas surgidos cerca del cambio de siglo, cuando se conjuraron en torno a la celebración del vigésimo quinto aniversario de la revista, en un diálogo estético y personal que no se ha interrumpido, entre el magisterio y la complicidad.

‘Antorcha de paja’: cincuenta años de luz

‘Antorcha de paja’: cincuenta años de luz / Pedro Ruiz Pérez

Por su entidad, la antología dio mayor visibilidad y alcance a un rasgo fundacional de la revista, como fue (y sigue siendo) su voluntad de demoler muros, tanto los de un amenazante localismo como los que había levantado el canon poético postnovísimo. La participación de ‘Antorcha’ en un propósito extendido y urgente fue relevante, como han puesto de manifiesto la citada monografía de Lanz, la tesis doctoral de Fernando Guzmán Simón ‘La poesía andaluza de la transición (1966-1982). Revistas y antologías’ (2008; ed. 2015), la inclusión en la nómina de ‘Revistas literarias españolas del siglo XX’ seleccionada por Manuel Ramos Ortega o, de manera más específica, por el estudio de María Rosal (2015) valorando la revista y sus editoriales «en el contexto de la Transición».

La referencia implica una contextualización precisa en el horizonte de cambio cultural que lleva del arte comprometido a la movida, acompañando el paso de la dictadura a un marco formal de normalización democrática. Junto a ello cabe hablar de una «transición» en la poesía española, con más signos de conflicto y ruptura que la vivida en el plano político y que se polarizó en la pugna entre la poesía novísima y la de la experiencia.

‘Antorcha de paja’: cincuenta años de luz

‘Antorcha de paja’: cincuenta años de luz / Pedro Ruiz Pérez

La estridencia del enfrentamiento entre los culturalistas y los poetas de a otra sentimentalidad arrojó una dosis de sombra sobre propuestas como las de ‘Antorcha de Paja’; sin embargo, en su apuesta poética se reunía lo más valioso y con mayor perdurabilidad de ambos extremos, conciliando estética y vida. Así quedó de manifiesto y fue justamente valorado cuando se apagó el fragor de la batalla y se buscaron con ojos más limpios los nuevos caminos de la poesía para el siglo que comenzaba.

Ya en las cinco entregas de la primera etapa de la revista (1973-1974) la actitud programática de apertura de lo propio y del canon se manifestaba en la inclusión de voces tan dispares como la del singular Álvarez Ortega, los novedosos Juan de Loxa y José Infante o los postnovísimos Marcos Ricardo Barnatán y Jaime Siles, mientras los textos de F. Gálvez, J.L. Amaro y R. Álvarez Merlo iban dando cuenta detallada de su propia evolución como poetas, que siguen hasta el presente dando respuestas matizadamente distintas a los meandros del río de nuestra lírica en las dos últimas décadas, con la fidelidad a las raíces que supone el mantenimiento del compromiso, la voluntad de búsqueda constante y la actitud de resistencia a dejarse llevar por las voces dominantes.

‘Antorcha de paja’: cincuenta años de luz

‘Antorcha de paja’: cincuenta años de luz / Pedro Ruiz Pérez

De hecho, ‘Antorcha’ surgió y se consolidó como un espacio sin constricciones para que sus animadores y todos los nombres invitados desplegaron sin miedo las alas de su voz, como en significativa imagen quedaba plasmado en lo que puede considerarse el manifiesto inicial: «Los pájaros silvestres levantaron el vuelo y desprendieron el barro que los cubría», publicado sin firma en la última página del número de presentación. Tras un paréntesis de retiro hasta 1976, la segunda etapa de la revista, acompañada de importantes mejoras en formato, maquetación e imagen, profundiza en esta línea, y ya en el número 7, de la primavera de ese año, lo evidencia la apuesta por la voz singular de José Luis Jover. A ella se unirían en las sucesivas entregas hasta el número de cierre (17-19, en abril de 1983), junto a poetas de Degeneración, como Fernando Merlo, Justo Navarro y Álvaro Salvador, Luis Antonio de Villena, Rafael de Cózar o Ana Rosetti, a modo de lúcido panorama de los giros más significativos en la poesía española del momento. Desde su posición de heterodoxia, que era algo más que asumir los márgenes de la periferia de provincias y las orillas de las modas poéticas, la mirada sobre el estado y los cambios en la poesía viva se traducía con regularidad en los textos en función de editorial para cada número, estudiados por María Rosal. Títulos como «La olla literaria», «Andalucía: las largas vacaciones de la ignorancia», «Cultura y mayoría», «Como dijo Bob Dylan...» o «Revolución cultural» marcaban la temperatura cultural de los primeros años de la transición política y señalaban algunos de los puntos críticos en la reflexión poética del momento. Casi cincuenta años después, algunos de estos problemas no dejan de tener vigencia.

‘Antorcha de paja’: cincuenta años de luz

‘Antorcha de paja’: cincuenta años de luz / Pedro Ruiz Pérez

Ocurre así por dos grandes razones. En primer lugar, con una perspectiva histórica, por la coherencia, audacia y pertinencia de la propuesta que de manera conjunta asumen tres jóvenes poetas para reivindicar desde Córdoba la necesidad de abrir espacios inéditos para la poesía que se hacía en el país y, de manera especial, la que se recogía en los instrumentos de construcción del canon, incluyendo los intereses editoriales, las inclinaciones de la crítica periodística y las inercias de la académica; oportuno y lúcido en su cuestionamiento de la situación, el grito de ‘Antorcha’ comportaba algo más que una denuncia, pues en sus páginas se fue conformando una estética y una ética sin las cuales no se puede concebir una lectura de la poesía española del último cuarto de siglo que quiera liberarse de los esquematismo falsificadores.

‘Antorcha de paja’: cincuenta años de luz

‘Antorcha de paja’: cincuenta años de luz / Pedro Ruiz Pérez

La segunda razón por la que hoy podemos y debemos seguir hablando de la vigencia de la revista es el modo en que cada uno de sus protagonistas, desde el espacio germinal de la revista, se ha mantenido fiel a un compromiso de inconformismo y la calidad de los resultados poéticos a lo largo de estas décadas, hasta sus últimas realizaciones. José Luis Amaro da en ‘Lolita, informe confidencial. Fuegos artificiales’ (2021) una nueva y rica modulación a su indagación en la persona poética y el valor de su invención.

En ‘Biografía del tiempo’ (2018) el lector se reencuentra con un Rafael Álvarez Merlo que mantiene viva dialécticamente una juventud erigida en imagen de lo vital desde sus primeros libros. En ‘La vida a ratos’ (2019) Francisco Gálvez introduce un giro actualizado a su reflexión sobre el tiempo como una de las constantes de su lírica. Con la renovación como una forma de fidelidad, sus tres impulsores son la más viva e intensa muestra de lo que una revista singular aportó al panorama de la poesía española en una década crucial, cuyo perfil se configuró en gran medida gracias a su imprescindible aportación.

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