Diario Córdoba

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RELATOS

Historias que descubren el vacío social

Emma Cline regresa con ‘Papi’, diez relatos en los que disecciona la sociedad actual

Emma Cline. ALBERT BERTRAN

Con ‘Las chicas’, su primera novela publicada en 2016, Emma Cline recibió elogiosas críticas en las que se destacaba su brillantez, su frescura y su capacidad para comprender a los seres humanos y contarlo con un alto dominio del lenguaje. Una historia aquella en la que Evie, su protagonista, comienza a relacionarse en el verano de 1969 con un grupo de chicas que forman parte de una comuna. Allí, su carismático líder, y todo lo que gira en torno a él, fue proyectado por Cline a partir de su libre interpretación de la matanza perpetrada por Charles Manson y su clan.

Ahora, un año después de la publicación en España de ‘Harvey’ (su siguiente libro), llega un atractivo conjunto de relatos: ‘Papi’ (también bajo el sello de Anagrama). Y si en aquel nos muestra a Harvey Weinstein veinticuatro horas antes de la sentencia de su juicio, en estos relatos la importancia de los personajes está igualmente marcada al escribir sobre los diferentes temas a los que se enfrentan. Aquí, con la diferencia de no manejar para los lectores unos antecedentes conocidos que determinen la percepción de quienes encarnan los movimientos y las acciones narradas. Sin embargo, sí se vuelve a constatar su habilidad para dar forma a los personajes una vez que los ha dominado. En ese sentido, Ursula K. Le Guin señala en sus ensayos la necesidad de contar con protagonistas que vivan dentro de uno de tal manera que la vida real y la ficticia interactúen en un espacio determinado para la creatividad. Un solapamiento del mundo propio y del imaginado. En ‘Papi’ encontramos diez historias que dan cuenta de lo anterior. Vidas que se van descubriendo, antecedentes, hechos o causas que se van intuyendo a medida que los acontecimientos avanzan. En el primero, titulado «Qué se hace con un general», asistimos a un reencuentro familiar en Navidad. Los tres hijos que vuelven a casa, cada uno con sus problemas, y que se encuentran con los que dejaron atrás. O, visto de otro modo, la relación de un matrimonio que ve alterada su vida doméstica con el regreso de esos hijos. La tercera persona es la que narra y nos da la posibilidad de elegir lo cerca que queremos estar de cualquiera de ellos.

En «Los Ángeles» podemos leer un pasaje que pone de manifiesto el ya señalado interés de Cline por los seres humanos y su comportamiento: «Algunas noches se paseaba por el vecindario, cerca del borde húmedo del embalse. Era un placer ver el interior de aquellas casas nocturnas. Cada una era como un manual introductorio sobre el hecho de ser humano, sobre las decisiones que uno podía tomar. Como si la vida pudiera seguir el curso de nuestros deseos. Una lección de piano que había visto una vez, las escalas repetidas, una niña con una gruesa trenza que le bajaba por la espalda. Casas en las que las teles eran como apariciones en las ventanas». Más adelante, en otro relato, vuelve a poner sobre el papel su obsesión por ese asunto; en «Hijo de Friedman» escribe: «¿Quién no querría imaginar que la vida tal vez poseyese una estructura, una fórmula? Que los años no te pasaban por encima sin más». Y si en «Los Ángeles» vemos el día a día de una aspirante a actriz que trabaja en una tienda de ropa y que se ve envuelta en una peligrosa situación, manejada hasta el final con sumo cuidado de la tensión narrativa, en «Hijo de Friedman», una de las mejores piezas del libro, nos encontramos con un estreno cinematográfico definido por Cline como «una cosa que completa no llegaba a los cincuenta minutos. Era demasiado larga para ser un corto y demasiado corta para ser un largo y el mundo no la vería: no se proyectaría en ninguna parte más allá de este cine de la calle Doce en esta noche de febrero del año 2019». La relación del joven director (o perpetrador de la cosa fílmica) con su padre y con un amigo famoso sirven a la autora para mostrar esas otras alfombras del mundillo. Ejemplos que resaltan aquí, pero que no deben tapar los otros relatos del libro en los que las relaciones familiares son llevadas a complicados límites, hay crisis personales derivadas de un mal encaje de la fama (la que se espera en determinados ambientes) y desfilan muchas de las contradicciones generacionales por las que alguien puede pasar en un momento de su vida. Sea como sea, Emma Cline deja claro con la entrega de ‘Papi’ un genuino dominio de la técnica en el relato, confirmando así su talento y su afán por explorar a los seres humanos en cualquier campo narrativo. A fin de cuentas, la vida acaba por aparecer en vecindarios de todo tipo si uno sabe pasear con el ritmo adecuado para encontrar la tele encendida en las ventanas de algunas casas.

‘Papi’

Autora: Emma Cline.

Editorial: Anagrama. Barcelona, 2022.

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