Diario Córdoba

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POESÍA

Transitoriedad y desolación

Javier Gilabert y Fernando Jaén CÓRDOBA

'Bajo el signo del cazador’ es el título del libro escrito al unísono entre Javier Gilabert (Granada, 1973) y Fernando Jaén (Granada, 1975), con el que han sido finalistas del Premio Villa de Peligros. Flanqueados por un interesante prólogo firmado por Luis Miguel Sanmartín y por un breve pero jugoso texto de contracubierta de Jorge Pérez Cebrián, se distribuyen los treinta y cuatro poemas en dos partes asimétricas, «Desierto» y la que da título al volumen, además de un poema inaugural, «Con las primeras luces», articulado en cuatro movimientos.

La cita de Valente que abre «Desierto» («Cruzo un desierto y su secreta / desolación sin nombre») marca los ejes de coordenadas a partir de los cuales se construyen los veintinueve poemas de la sección, médula espinal del conjunto, en los que el sujeto poético deambula entre la arena de un paisaje primigenio e ignoto, que lo acoge y le duele, a partes iguales, movido por la incertidumbre y por la única certeza que da sentido a la existencia: el inexorable paso del tiempo, ese cazador que determina todo discurrir por el mundo.

Las huellas, pues, son lo único que quedará del ser humano; sin embargo, en la inmensidad de esta tierra baldía, su fragilidad apenas le sobrevivirá y pronto serán borradas por el viento o reescritas por otros pasos desconocidos en la fragilidad e inestabilidad de las dunas.

De este modo, celebrar la vida es mirar nuestro camino con gratitud y asombro, conscientes de que dicha celebración solo tiene sentido en la medida en que Orión, el cazador implacable y despiadado que se jacta de ser capaz de matar a todos los animales, convierte en desolación todo cuanto está a la vista. Solo desde esta conciencia de transitoriedad, se puede cantar el instante y su efímera eternidad, su quebradiza belleza y su imperfecta armonía hasta llegar a ser el canto.

Pese a los esfuerzos por evitarlo, este desierto lo engulle todo, como recogen los versos de Javier Egea que portican la parte final («Fuimos muriendo todos / hasta que todo se volvió desierto»), en la que la desolación última se impone como única verdad incontestable: «Mañana la morada de este hombre / quedará en nada, ni cielo ni arena, / barrida por el aire del desierto».

‘Bajo el signo del cazador’.

Autores: Javier Gilabert y Fernando Jaén .

Editorial: Olé libros . 2021.

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