Los vecinos de un pueblo leonés cooperan en la representación de esta historia, en esta ‘facendera’ de denuncia de la España rural vaciada. Una comunidad de habitantes son testigos del desmantelamiento del único tejido productivo del lugar, el cierre de la mina, el derrumbe de la central térmica, el colegio de formación profesional, casi todas las fábricas, tres librerías...
En el centro del escenario sobreviven algunos viejos y aquellos jóvenes que no se han marchado aún, con la excepción de alguno que ha regresado. Todos ellos quedan encallados en un ambiente desprovisto de oportunidades, sin posibilidades de progreso o futuro. La escasez de recursos va dando paso a la desilusión y a la desidia en la que se ven atrapados, como en el caso del hijo de la farmacéutica, la hija del de los piensos o el del chico que abandona la universidad y regresa a su casa. Como respuesta a la «nada» surge la «inacción»: sentarse a ver la tele, quedar en el parking de la gasolinera para derrapar el coche y hacer rugir los motores y la música al unísono o hacerse un hueco para beber en la barra del único bar del pueblo.
La falta de oxígeno y de vitalidad productiva del lugar los va sumiendo en la desesperanza, la frustración y la tristeza. Como vía de escape o huida de la realidad, muchos de ellos, de todas las edades, se enganchan a «los ladrillos», drogas y alcohol.
Los escombros del pueblo arrastran consigo, la ilusión de sus habitantes, el vigor reproductivo y la fuerza regeneradora que representan los jóvenes. Todos pasan a formar parte de un pueblo que agoniza en la ciénaga de su agotamiento vital. Forman todos, parte de una realidad empantanada, inmóvil y asfixiante. No tardan en padecer «dolores de barriga», «vómitos», somatizan de esta forma la falta de oportunidades laborales, la insatisfacción y el derrumbe emocional que supone no hallar un objetivo, una finalidad en la que emplearse.
En ‘Facendera’, Óscar García propone un escenario rural que cabalga entre la realidad y la huida, entre la verdad y lo que se va desenfocando de forma gradual con las diferentes versiones de lo que se cuenta y trasmite de unos a otros. Y en medio de este desmoronamiento de los pueblos la voluntad de mantener el legado propio de la lengua leonesa, del llionés, de todas aquellas expresiones y vocablos propios de un lugar, de todo lo que les proporciona una identidad única que no puedan derrumbar o arrebatarles.
‘Facendera’
Autor: Óscar García.
Editorial: Anagrama. Barcelona, 2022.
