En Houston, Benson y Mike sobreviven a sus propios orígenes, a su propia relación homosexual y al pasado familiar de ambos. Benson, de ascendencia afroamericana, es cuidador de niños en una guardería mientras que Mike, de origen asiático, trabaja de chef en un restaurante mejicano. Ambos deciden conocerse y convivir tras haber pasado por otras relaciones esporádicas y de escasa consistencia. Cuando el tiempo y la costumbre van desgastando la pasión y el deseo, la convivencia atraviesa un momento de declive. Es entonces cuando Mike decide viajar a Osaka para reencontrarse con su padre en los estertores de su vida. Mitsuko, madre de Mike, que acaba de aterrizar en Houston para visitar a su hijo, se acomoda en el hogar que este comparte con Benson y ambos, en ausencia de Mike, aprenden a compartir el espacio a pesar de las diferencias culturales, el desconocimiento de la lengua y de los hábitos. Los ojos de Benson se posan con suma curiosidad en cada uno de los detalles que puedan definir la personalidad de su «suegra»: la forma de andar, sus posturas, silencios, la brevedad de sus conversaciones o el exquisito esmero con que se vuelca en la preparación de los platos.
La distancia física y geográfica que se ha interpuesto entre Benson y Mike les servirá como pausa para la reflexión y el autoreencuentro, en la revisión del pasado individual de cada uno de ellos, que los ha conformado en lo que son hoy en el presente. Ambos han sido víctimas del contexto socioeconómico y cultural del que provienen, así como de las desavenencias conyugales de sus padres cuyo proyecto familiar fracasó en su momento y desembocó en el abandono del hogar por parte de uno de sus progenitores: el padre en el caso de Mike y, en el de Benson, la madre.
El alcohol se convierte en una vía de escape, de huida de la realidad al que acaban enganchándose cada uno de los dos progenitores, en un intento de lidiar con la soledad y el dolor de la frustración y la pérdida. Las ausencias y la búsqueda del «padre» arraiga con fuerza en la sensibilidad individual de cada uno de los jóvenes, adquiriendo más relevancia en Mike, que decide volver junto a Eiju en el trayecto final de la vida de este para cuidarlo y poder suturar, con el contacto y los dulces recuerdos de su infancia, el enorme vacío que este provocó en su vida al marcharse. De otra parte, Benson, que en su momento eligió quedarse con su padre, vuelve a visitarlo de vez en cuando para comprobar el estado de adicción y decaimiento en el que se encuentra.
Los recuerdos se avivan e intensifican en la mente de Mike conforme avanza la enfermedad que devora a Eiju. Es así como el joven rememora los olores preferidos del padre, el jengibre, el arroz al vapor, el del pelo mojado de su hijo después del baño. Con igual intensidad revive también imágenes felices de la niñez junto a sus padres, como cuando viajaron a California o a San Francisco o esos hermosos momentos en los que Eiju le daba besos justo en las orejas o sobre el puente de su nariz.
Ambos protagonistas, Benson y Mike, coexisten por turnos en la novela desde una voluntad firme en primera persona de compartir sus propias experiencias, su perspectiva de los hechos, lo que ven sus ojos, lo que sienten de su historia de superación, lucha y entendimiento.
En Memorial, Bryan Washington acerca al lector a una relación en ese momento crítico de estancamiento a partir del cual queda al desnudo la lucha por superar las dificultades de carácter social, económico, racial y sentimental, pero en la que la mejor de las decisiones está aún por llegar.
‘Memorial'
Autor: Bryan Washington.
Editorial: Anagrama. Barcelona, 2022.
