Lo que entendemos por ética es ese «saber peculiar» que sirve sobre todo para orientar nuestras vidas. La que nos muestra lo que es valioso y lo que no lo es, para nosotros y para otros. Su objetivo no es otro que lograr una buena vida para las mayorías: que no quede encerrado en una mera perspectiva académica sino que sea vital para nuestra existencia. Este es el enfoque que nos propone el conocido catedrático vasco de la Universidad Autónoma de Madrid Javier Sádaba (Portugalete, 1940) en un breve ensayo titulado Una ética para el siglo XXl.

Se trata de una ética que abarca todas las manifestaciones de nuestro existir, acerca de lo que somos, en relación con las nuevas tecnologías como es el caso del transhumanismo. Aborda diversas temáticas tan actuales como el derecho a la eutanasia, el feminismo de la cuarta ola, la política entendida como res publica e interés por lo común, reflexiona también sobre neoliberalismo ferozmente ultracapitalista, de la idea de Dios y de las religiones del mundo, de la democracia de la vida cotidiana.

Como un filósofo en medio de la plaza pública, como confiesa sentirse, nos ofrece Sádaba un conjunto de reflexiones que nos ayudan a pensar de manera sosegada sobre estas inquietantes cuestiones que están a la orden del día. Esta escrito de una manera peculiar, que pretende y lo consigue, ser harto claro y comprensible a la vez, dentro de un rigor exigible. La suya es una ética sana, con sentido del humor, de alegría franca que da ánimos para crecer a los humanos como humanidad. Una moral de la libertad, más allá de todo determinismo, donde sólo caben exponer razones con fundamento. Una filosofía moral, en definitiva, que versa sobre qué medios deben utilizarse para llevar a cabo nuestros fines.

Esta de moda hablar de transhumanismo o posthumanismo. El humanismo tiene una larga historia, surge en el mundo grecorromano, renace en la Ilustración contra la fuerza absorbente de las ciencias, y vuelve en nuestros días a reclamar su papel integrador dentro de un mundo supuestamente dominado por las tecnociencias.

En los años 80, los transhumanistas dieron a conocer un manifiesto que versaba sobre la posibilidad no remota de un cambio radical de la naturaleza humana. El transhumanismo, concepto acuñado por Kline, quiere representar esa conexión entre lo propio del ser humano y algo que es puramente material que son las máquinas. De la mera ficción pasaba a ser una realidad palpable. Desde entonces a hoy, la robótica y el desarrollo tecnológico se ha ido extendiendo teniendo como finalidad el mejoramiento del cuerpo humano.

Feminismo y ética

Para el griego Hesiodo, la mujer nace como un regalo envenenado de los dioses, descrita de manera perversa como «un carácter voluble en una mente cínica». Los filósofos, a juicio de Sádaba, salvo honrosas excepciones, han expresado una cantidad enorme de estupideces sobre las mujeres como fue el caso del filósofo austríaco Otto Weininger, quien desde una perspectiva psicológica quitó a las mujeres capacidad lógica y moral.

Por el contrario, en el siglo XXl, la psicoanalista Luce Irigaray en su espléndida Especulo de la otra mujer, que ha sido una aportación fundamental al realizar una crítica radical a todas aquellas oscuras filosofías que han excluido a las mujeres de los campos del saber.

Es Carol Gilligan, a través de su novedosa y certera ética del cuidado (care), quien ha resaltado que son una visión de la intimidad personal y de las relaciones personales como componentes definitorios de la conducta ético social femenina frente a la conducta masculina, más centrada en las normas rígidas, en una justicia formal y en una lógica sólo binaria. Más allá de una lógica amo-esclava a lo largo de la historia humana, se impone en nuestros días una ética de colaboración mutua, donde las mujeres enseñan a los hombres a ser hombres.

La bio-ética es la moralidad de la vida humana. Fomentar un debate sosegado sobre la eutanasia o la buena muerte. Es el profesor Sádaba un defensor del derecho a una muerte digna que ya empieza a estar hoy en la agenda política, como una lucha contra el sufrimiento humano inútil. Piensa que «vivir mejor» no es «vivir más», sino un existir con más calidad. Vida no larga, sino buena. Derecho a morir dignamente es voluntaria y activa, que nadie me puede negar dadas unas condiciones determinadas.

Ética y religión

La religión hasta la aparición de la figura de Kant había intentado estar por encima de la ética. Con la Ilustración, apareció un Dios deísta, que se diluía como ser superior. A Kierkegaard le parecía intolerable la figura paradigmática religiosa de Abraham, que estaba dispuesto a matar a su propio hijo porque Dios así se lo ordenaba.

En el siglo XXl, el biólogo británico R. Dawkins, en su polémico ensayo El espejo de Dios, rechaza con su ateísmo militante que quien cree en un Dios personal en nuestros días es un analfabeto. Siguiendo a Wittgenstein, Sádaba concibe la idea de un Dios perteneciente al ámbito de «lo inefable», de lo que no puede decirse con palabra, que es lo místico.

Ética y política

Sádaba analiza las influencias modernas de Hobbes en Locke y en Rousseau sobre la teoría del Estado y del contrato social, que nos lleva a la Teoría de la Justicia del liberal J. Rawls, de los años 70 del pasado siglo, que proponía una serie de condiciones para construir una sociedad justa. En el siglo XXl se pregunta Sádaba cuál es la razón de la persistente presencia de la extrema derecha en nuestras sociedades socavando las democracias liberales, cuando al menos teóricamente los derechos humanos se han ido extendiendo por todo el planeta como una conquista irrenunciable. Una segunda cuestión preocupante siguiendo al filósofo alemán Tugendhat acerca de su distinción entre un nacionalismo benigno, que ensalza de manera romántica el alma nacional, y un nacionalismo agresivo, que diviniza la nación que sería rechazable por ilógico y peligroso.

Concluye este ensayo conciso reconociendo que quizás se ha dejado en el tintero temas que a los lectores le puedan resultar más interesantes que los aquí tratados, como pueda ser, por ejemplo, nuestra ética para con los animales, aunque siempre se ha sentido a favor de incluirlos en la comunidad de «seres sentientes» como nosotros, expandiendo el círculo de compasión de manera que los alcance también a ellos. Si lo conseguimos, confiesa, está seguro de que ganaremos los humanos en humanidad.

El reto de abordar una ética del siglo XXl ha tenido como meta el deseo de ayudar a desentrañar posibles respuestas y soluciones en esta encrucijada concreta en la que nos sitúa la historia humana.

‘Una ética para el siglo XXI’

Autor: Javier Sádaba.

Editorial: Tecnos. Madrid, 2020.