¿Cómo guardar, sin toser, ceniza en el pecho?/ Yo he mezclado acciones y deseo, memoria y sueños/ para completar álbumes». Con estos versos del poema «El método» inaugura Miren Agur Meabe su obra Cómo guardar ceniza en el pecho (Bartleby Editores), merecedora del Premio Nacional de Poesía en 2021. El libro forma parte de un conjunto integrado con otras obras: la novela Un ojo de cristal (2015), el libro de relatos Quema de huesos (2021); y se erige en la culminación de un proceso tan vital como literario para la autora.

Y es que, efectivamente, en la obra dicha metáfora cenicienta ofrece ya desde el título significados de gran repercusión en la búsqueda del yo lírico. Con la cita inicial de Eloy Sánchez Rosillo en el primer poema («A la vez respiramos la luz y la ceniza./ Principio y fin habitan en el mismo relámpago»), descubrimos que, efectivamente, la ceniza representa la finitud y, al mismo tiempo, la luz de un nuevo comienzo, la posibilidad de un mañana después del dolor; tras ese fuego, eternamente, un espacio para reconstruir una vida: «No tengas miedo: la esperanza aguarda dentro, entre cenizas».

Cómo guardar ceniza… es una obra vigorosa en que la memoria, lejos de manifestarse de manera estática, da paso a un anhelo dinámico -casi trepidante- de comunicación. El sujeto poético parte del dolor, de la adversidad, para materializar una prospección lírica de hondas consecuencias. La reconstrucción que adviene a la ceniza no será solo una nueva oportunidad sino una suerte de empoderamiento, de recuperación personal, a través de la palabra. La autora parte de la infancia («La niña se duerme y sueña que vomita muñequitas de perlé, trompos, canicas, cromos, sortijas, mariposas de colores. De la nariz le fluyen arcoíris de flores»), del recuerdo, de unos paisajes y una cotidianeidad anteriores a la pavesa, para impulsar una denodada búsqueda identitaria

En ese sentido, la obra plantea un equilibrio entre la muerte, que es el dolor, y la vida que es el deseo. Más allá del paso del tiempo y la desaparición de los seres queridos, la reflexión sobre la propia muerte, en poemas como «Una forma de morir», cuyos versos parten de la muerte de una gato en el sótano; y por otro lado, el deseo («Cojo arena en la mano, la libero. Ese es el destino de nuestros deseos»), que trufa muchos poemas de la obra y que, asimismo, permite al yo lírico expresar la sublimación de la propia sexualidad: «Me toca./ Jadeo como si el ocaso fuera/ una tierna flor de hibisco».

La autora aborda en el libro la gestación de la propia escritura, especialmente en el último apartado, «El estigma accidental». Sin embargo, más allá de dicha mirada metaliteraria, la obra muestra un fructífero culturalismo (desde la teniente Ripley de Alien, a Wendy o el propio Freddie Mercury), especialmente erudito en lo que se refiere al conocimiento de la historia del arte, así como un concienzudo y elocuente diálogo con la tradición. En ese sentido, es evidente la mirada feminista de la autora, que a través de la intertextualidad, de sencillos homenajes o de referencias puntuales recrea una identidad común que caracterizada por una actitud inconformista con los modelos que la sociedad propone a la mujer. De tal modo, Agur Meabe acude a una serie de figuras que entroncan con el sentir femenino, ya sea de la literatura universal (Mary Shelley, Ajmátova o Emily Dickinson) o de la cultura vasca (Martija de Jauregi y Bizenta Mogel). En esa línea, la conciencia del yo lírico es tan personal («Madre en píxeles») como colectiva («El corro», «Elegía para dos Milias» o «De mulieribus claris»).

Cómo guardar ceniza en el pecho, una obra amplia y con un tono original y heterogéneo, un recorrido lírico exigente que anhela en la palabra un asidero al que aferrarse. La prolijidad de la obra, con poemas escritos en los últimos diez años, no está exenta de lucidez, ya que el sujeto poético consigue encontrar su lugar con esta búsqueda personal («La distancia es mi lugar»).

Ya sea desde un prisma autobiográfico o ficcionado, estos versos son la consecución de un resurgimiento que se logra en la palabra misma. En Miren Agur Meabe, después de la ceniza se halla la palabra y en ella la identidad. En todo verbo, aún en los que aún no se han pronunciado, se está gestando una vida: «Toda biografía emite un átomo de luz». Con ella, una verdad.

‘Cómo guardar ceniza en el pecho’.

Autora: Miren Agur Meabe.

Editorial: Bartleby Editores . Madrid, 2021.