Comienza un nuevo año (literario), un curso que promete ser apasionante a la par que interesante. Y es que no es para menos, ya que la rentrée 2022 que anuncian las editoriales desde hace días, promete. Estamos en el año de Joyce y Proust, de Zadie Smith y Michel Houellebecq, de Luis Landero y Luis Mateo Diez, los luises universales. Un curso pródigo en acontecimientos, centenarios y obras de primer nivel, que nos harán por un momento, quizás casi un espejismo, olvidarnos de esta maldita pandemia que nos asola, con la que despedimos el 2021 en un Carta del Norte anterior, y que parece dispuesta a seguir marcando el devenir del planeta. 

«Se sucederán los homenajes y las reediciones, volveremos a intentar leer el ‘Ulises’...»

Se sucederán los homenajes y las reediciones, volveremos a intentar leer el Ulises en la versión revisada y actualizada de su traductor más universal, José María Valverde, descubriremos algún que otro inédito de Marcel Proust mientras nos reencontramos con el Camus más combativo en su Rebelión en Asturias y El hombre rebelde. Volveremos a soñar y emocionarnos con Roberto Saviano, encontraremos en Alan Pauls el reconocimiento a la obra de todo un Borges que siempre regresa para que continuemos amando la literatura sobre todas las cosas, aplaudiremos nuevamente las diatribas de Luis Mateo Díez, uno de esos autores vivos que nunca defraudan cuando nos envuelve en su mítico territorio novelesco, en su Celama querida, y esperaremos como agua de mayo el regreso de Luis Landero, el maestro, mientras aún está por decidir la próxima salida a las mesas de novedades de la novela póstuma de Almudena Grandes, hija predilecta de Madrid a pesar de su alcalde. Hagan sus apuestas, igual hasta aciertan. Entre medias, intentará reconquistarnos Agustín Fernández Mallo con una novela muy veneciana, Rodrigo Fresán se imbuirá y nos imbuirá en su particular homenaje a Herman Melville, autor de Moby Dick y Bartleby el escribiente, y hasta tendremos tiempos para descubrir unos, y recuperar otros, los Relatos de J.G. Ballard, mientras Isabel Allende, fiel a su cita, se nos cuela en nuestras casas con su última novela. Es de suponer que como todos sus libros, habrá comenzado a escribir su nueva entrega el pasado día 8 de enero. 

Novela negra, novela de autor, clásicos, relatos, el año que comienza se presenta generoso en cuanto a cosecha literaria se refiere, presto a olvidar los dos años pandémicos en los que la industria del libro, al igual que otras muchas industrias nacionales y mundiales, se vieron abocadas a una reconversión no deseada. Llega pues la nueva rentrée, las mesas de novedades comienzan a estar repletas de las mismas y nosotros, los lectores, tan solo intentaremos recuperar un poco el tiempo perdido. Que ya es hora.