En el contexto de una fábrica de cerveza en Praga, el autor nos muestra la extravagante relación matrimonial de la pareja formada por Francín y Maryska en los inicios del siglo XX. La fuerza vital de Maryska nos envuelve en una narrativa peculiar, extraordinaria y dinámica de hechos cotidianos que se suceden como en un carrusel de imágenes, colores y escenas cargadas de brillos y fantasía de libertad. 

Bohumil Hrabal (Brno 1914, Praga 1997) estudió derecho en la Universidad de Carolina en Praga y es uno de los escritores tardíos con reconocido prestigio a pesar de que en sus inicios fue expulsado por el régimen comunista checo de la Asociación de Escritores Checos. Entre sus obras nos encontramos Trenes rigurosamente vigilados, Yo, que he servido al rey de Inglaterra, Una soledad demasiado ruidosa y Bodas en casa. En Personajes en un paisaje de infancia la atenta observación de la protagonista, la extravagancia de los acontecimientos y la comicidad se funden en los matices surrealistas y dadaístas que sirvieron de brújula a muchos escritores, filósofos y artistas de la época.

Mientras el personaje masculino, Francín, gerente de la fábrica, se apega al orden, la planificación, la responsabilidad y la frugalidad de una taza de café con leche acompañada de un trozo de pan duro, su esposa, Marlyska, se muestra ávida de experimentar la vida, decidida y segura; se apresura a ser sociable, a reír dejando fluir su alegría sin restricción, quizá demasiado, para las exigencias del decoro, de lo que se espera de «una mujer decente»: bebe cerveza, come con genuina avidez y apura las escasas oportunidades que se le ofrecen para disfrutar de su existencia en el estrecho escenario de la fábrica y la timorata ciudad donde viven.

La imaginación de Maryska es el hilo conductor de un relato en el que los hechos o sucesos se transcriben en escenas cómicas gracias a la capacidad transformadora de captar el costado idílico y soportable de la realidad. Todo en ella irradia fuerza, luz: su larga cabellera dorada, sus paseos en bicicleta, la observación casi onírica de los objetos y sus colores magnetizan las descripciones y aportan un ambiente casi irreal al relato. La llegada de su cuñado Pepín promueve nuevas anécdotas cargadas de hilaridad y comicidad dramática.

No obstante, subyace en el texto la insinuación de una posible enfermedad nerviosa que Francín pretende sanar con un novedoso aparato con cátodos y electrodos, así como un enigmático peine que usará sobre el cabello de Maryska con hermosos reflejos violetas en un ritual de amansamiento de la «histeria» al que ella accede abstraída por la belleza extraordinaria de su luz. Una crítica a los avances y novedades científicas y tecnológicas tan de moda en la primera mitad del siglo XX. No obstante, esta práctica no logrará apaciguar ni menguar las ansias de libertad de una mujer en la plenitud de su juventud y belleza. Su respuesta se materializa en un acto singular de rebeldía en el que acorta su falda por encima de las rodillas y, sobre todo, en el sacrificio en pro de su libertad en el que se deshace de la cascada de su hermoso cabello que lo hace cortar al estilo de Josephine Baker. 

La respuesta de Francín es brutal e inaceptable para el lector actual. Con ella podríamos aseverar que el personaje masculino se ridiculiza a sí mismo y pierde su capacidad de equilibrio. Sin embargo, una vez repuestos de nuestro asombro y rechazo, la figura de Maryska se alza con fuerza, no tanto para instar a otros a que sigan el penoso ejemplo de su marido; amansador de libertades, sino, sobre todo, quizá, como potente denuncia de la parte de condescendencia o complicidad que nos corresponde a todos. 

‘Personajes en un paisaje de infancia’.

Autor: Bohumil Hrabal.

Editorial: Galaxia Gutenberg . Barcelona, 2021.