Paul Auster, Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006, rescata del olvido a Stephen Crane, un escritor singular, marcado por una trepidante y corta vida, pero cuya trayectoria resultó inspiradora para figuras posteriores de la literatura estadounidense del siglo XX. La llama inmortal de Stephen Crane (Seix Barral, 2021) se erige en una suerte de biografía novelada -—o acaso novela biográfica— que pretende, de un lado, hacer justicia con Crane y, de otro, desde su mirada honesta y comprometida, retratar la América finisecular del XIX.

El libro narra la historia de una figura fascinante ya que, a pesar de morir a los 28 años de edad, vivió de manera muy intensa un camino personal llena de vicisitudes, al tiempo que ejerció con una admirable coherencia y valentía la profesión de periodista. Stephen Crane gustó de aproximarse a las realidades más humildes de su tiempo, desde los bajos fondos sociales en que denunciar la injusticia y la desigualdad a los escenarios en que ser testigo directo de la conflictividad y las crisis sociales que se hicieron presentes casi de manera fundacional en aquellos Estados Unidos que le tocó retratar. Asimismo, no quedó precisamente indiferente ante la violencia del XIX: el exterminio indígena, la esclavitud —recordemos el oscuro pasado de Estado Unidos al respecto—, la guerra de Secesión o, en sus últimos años de vida la guerra de Cuba, acontecimientos que le permitieron configurar un enfoque muy personal y que, con la perspectiva actual, le convierten en uno de los grandes narradores de su época. En cualquier caso, tras su muerte, a lo largo del siglo XX, fueron necesarias varias décadas para completar el puzle de una biografía no siempre rigurosa, como demuestra el hecho de que ante las incógnitas sobre algunos pasajes de su vida, surgieron una serie de leyendas que, si bien contribuyeron a crear ciertos mitos en torno a su vida, no captaron con precisión la autenticidad del personaje ni, como consecuencia, las dimensiones del autor. El autor de la «Trilogía de Nueva York», apoyándose en las últimas investigaciones y hallazgos sobre la figura de Crane, consigue con esta novela dignificar una figura y un personaje que —hasta la fecha— ha ocupado un espacio residual en comparación con otros autores coetáneos, como demuestra el hecho de que gran parte de su producción —excepto una novela bélica — permanece en la sombra. Así, La llama inmortal de Stephen Crane supone la narración de una sorprendente biografía a la vez que un intento de acercarnos a la desconocida producción de Crane, en opinión de Auster, un genio y «el principal responsable de cambiar el modo en que vemos el mundo a través de la lente de la palabra escrita».

Se comprueba en la obra que Crane estuvo al margen de las corrientes imperantes, y dadas las condiciones vitales que afrontó, lejos de cualquier tipo de atmósfera literaria. Sea como fuere, Stephen Crane presenció la antesala de un cambio social muy profundo y atisbó, desde su compromiso como testigo de una época, el paso de una América deprimida al umbral de una etapa de prosperidad e influencia. Hay en su faceta de periodista, un abnegado espíritu de observación, que se refleja al tiempo en la honda y singular imaginación del Crane narrador y poeta. De hecho, como se percibe en este recorrido por su biografía, Crane albergaba una sensibilidad para lo tangible y lo mundano a la vez que para lo intangible, para aquellos rincones de la realidad a los que solo es capaz de alcanzar la intuición poética. También en su faceta como poeta, un compromiso con aquellos que sufren la miseria. Una producción radical y audaz como su vida, lejos del paternalismo de la ficción de su época. En Crane, una mirada implicada, pero distanciada, la de quien quiere ser testigo del mundo por un anhelo inevitable de contar historias.

Y es que la minuciosidad y el entusiasmo con que Paul Auster se adentra en la biografía de Crane contrasta con su visión acerca del futuro de los Estados Unidos —según el autor de Nueva Jersey nuestra democracia está en peligro—. Sea como fuere, con este libro Auster nos invita a su modo a creer en esas voces libres que aún hoy están comprometidas con la realidad, que la describen sin miedo, en el lugar justo donde crepita. Solo por ello, cabe mirar fijamente cualquier llama que resista a una intemperie. «Ciento veinte años después de su muerte, Stephen Crane sigue ardiendo».

'La llama inmortal de Stephen Crane'

Autor: Paul Auster.

Editorial: Seix Barral. Barcelona, 2021.