La biografía del poeta David Eloy Rodríguez (Cáceres, 1976) nos proporciona claves muy valiosas para entender su poética. No «el ruido de su persona», como dice uno de sus versos, sino sus múltiples facetas como creador, ya que Rodríguez, afincado desde hace muchos años en Sevilla, suma a su labor de poeta la de editor, autor de letras flamencas, profesor de escritura creativa o impulsor de «Poesía y Salud», iniciativa dirigida a colectivos vulnerables. Un suma y sigue de actividades que nacen y desembocan en la poesía. Rodríguez obtiene de esta inmersión en las capas profundas de la experiencia humana una mirada original con la que señala al lector las contradicciones de lo aceptado por inercia; las debilidades que subyacen bajo la aparente firmeza de nuestra realidad. Cámara de resonancia, libro al que ha dedicado los últimos diez años, condensa en el título una idea fundamental: la de que toda vibración se traduzca en poesía. O, en palabras de Miriam Reyes, que el poema «amplifique el latido de la vida».

Cámara de resonancia está compuesto por más de setenta poemas agrupados en tres partes. Se trata, pues, de un trabajo de envergadura, no solo por su volumen físico, sino por la minuciosa construcción de complicidades que se establecen dentro del propio texto -y entre los textos- y, a un nivel más amplio, con esas otras disciplinas de las que se nutren y con las que dialogan. El resultado son poemas que destacan por el trasfondo filosófico que late en cada verso y por el mencionado juego de conexiones que se crea a lo largo de todos ellos. Para lograrlo, el autor ha construido los poemas trenzando versos de contundente carga aforística: «Hay incendios para sofocar el fuego»; sentencias que desplazan esas convicciones asumidas por inercia, dándole la vuelta a su formulación: «Hay trenes que pasan una sola vez en la vida, y a veces es para atropellarnos»; y destellos que dejan en el lector la llama de un fulgor intenso: «Somos solamente/ por una concatenación de imposibles». Ideas que en ocasiones toman una apariencia aislada, como sucede con los títulos de los que el poema parece haberse desprendido, pero que forman parte de la misma hilatura; piezas del mismo instrumento cuidadosamente afinado para que suene la música de las emociones.

La poética de Cámara de resonancia nace de una observación pausada y meticulosa que incide en la importancia de lo insignificante y denuncia nuestro abandono a un sistema que nos conduce a la destrucción: «Habría que hacer hablar/ a lo que no puede hablar, y se nos muere». Sin caer en el sermón ni arrastrar al lector por caminos explícitos; siempre guiándolo a través del misterio con el impulso del ingenio y el asombro. Por algo deja escrito el poeta: «Sucede lo que suceda/ sucede en la sombra».

'Cámara de resonancia'

Autor: David Eloy Rodríguez.

Editorial: La Garúa. Barcelona, 2021.