El sentimiento de dolor provocado por la muerte de la persona amada es el germen de Solo inclasificable, de Efi Cubero (Granja de Torrehermosa, Badajoz, 1949). Un yo, que permanece y que es contemplado con cierta extrañeza por la poeta, siente cómo se tambalean los cimientos de su vida mientras el pesar se cuela por los intersticios de la piel hasta llegar a los recovecos más profundos y transformarse en soledad, en orfandad, en vacío, en angustia y en desamparo. El rotundo poema que sirve de pórtico y da título al libro marca el tempo de este, en el que todo es música -el silencio también lo es-, vida y misterio: «Un solo se interpreta en el vacío:/ su ejecución te impedirá el reposo./ Aristas acusadas/ en una dimensión extemporal,/ abismo de absoluto,/ ascensión de fracaso./ Solo inclasificable».

Tras los seis acordes iniciales y las quince piezas en las que el amado y su ausencia convergen con la poeta y su desasosiego en un armónico contrapunto, el tempo va diminuendo desde el allegro hasta el adagio, cuando el dolor se remansa, se mastica y se poetiza con serenidad para ser asidero y «hallar el corazón/ del acontecimiento,/ descorrer las cortinas,/ reivindicar el hecho/ de que sigues aquí./ Para eludir la muerte/ atestiguar la vida».

Ante la intemperie, la poeta asume la ausencia de respuestas y busca refugio en la palabra, que es la herramienta para acercar al amado ausente y fijarlo en nuestra memoria, con lo que su recuerdo es otro modo de aferrarse a la vida. Así, la palabra no solo es evocación, sino que deviene celebración de la existencia y de lo vivido, con gratitud y asombro.

Para ello, los poemas se centran en los pequeños instantes, en los que radica la esencialidad de la vida, y permiten intuir que existe otra realidad más allá de la que percibimos por los sentidos y que nos desborda.

Se trata, por tanto, de un poemario sereno y honesto en su dolor, que no decae en el ritmo ni en la tensión ni se pierde en el sentimentalismo ni en la exageración y que, una vez cerrado, nos ofrece el deseo de amar y, en consecuencia, de elevarnos y ser «en la sed bautismal de lo inefable».

‘Solo inclasificable’

Autora: Efi Cubero.

Editorial: La Isla de Siltolá. Sevilla, 2021.