Campeona provincial! Le daban ganas de gritar. Gritos de nadadora. Conseguiría otras metas en su vida. Así reza en su página 24 el primer libro del maestro Francisco Miranda, titulado Gritos de nadadora y publicado por Detorres Editores en abril de este año. ¡Campeona provincial! Pero leyendo, conociendo a su protagonista, Silvia Vázquez, viviendo en la sociedad que todos conformamos, caemos en la cuenta de que tal exclamación alberga un contenido mucho más profundo de lo que representa: para llegar a este logro, Silvia lidió antes con ingentes obstáculos nacidos, todos ellos y a diario, de la incomunicación. Cuando aún no contaba con un año de edad, sufrió las secuelas de un tratamiento antibiótico que se le aplicó contra una bronquitis aguda. Su nervio auditivo resultó afectado y desde ese momento quedó sorda. Tiempos aquellos, ya era la década de los 70, en que estas situaciones eran más frecuentes de lo deseable y lo más doloso aún, en el caso que nos ocupa, el enorme problema de comunicación y pedagogía con las personas afectadas. A partir del denodado esfuerzo de Silvia, al que asistimos página a página, comprenderemos la rotunda necesidad de dar al lenguaje de signos el digno lugar que por derecho y justicia humana y social le corresponde, cuanto la población oyente puede hacer al respecto para salvar esta frontera de incomunicación y favorecer el encuentro con la población sorda ya que es esta la que quizá, por mera minoría, se ve marginada teniendo que luchar, exponencialmente, los individuos que la integran para no perderse en la vertiginosa corriente que lleva en volandas a toda una sociedad y que relega a todos aquellos miembros que se quedan atrás, máxime si la causa es una fácilmente subsanable cuestión de códigos lingüísticos, una barrera que nunca debió existir y que todas y todos, oyentes y/o sordos, colaborando, hemos de eliminar por completo.

‘Gritos de nadadora’

Autor: Francisco Miranda

Editorial: Detorres Editores

Córdoba, 2021