En estos tiempos de incertidumbre pandémica nos preguntamos acerca de qué es la verdad, que se nos antoja escurridiza, parcial y convencional. Sabemos que la ciencia trata de explicar la realidad y su meta es la verdad, a la vez que nuestra época está regida por un principio democrático por el cual cada uno tiene el derecho a «su» verdad personal. Para Machado, en Juan de Mairena, la verdad era la verdad, la diga Agamenón o su porquero, pero el segundo no parecía estar conforme. Por tanto, si no existiera una verdad objetiva, ni siquiera una aproximación a la objetividad (Popper), nos preguntamos si tenemos que dejar a un lado la racionalidad.

A todas estas cuestiones responde el abogado Javier Vilaplana Ruiz (Cabra, 1980), licenciado en Derecho especializado en litigación, amante de la Filosofía y quien ha logrado con su ensayo La posverdad a juicio. Un caso sin resolver el Premio Catarata de Ensayo 2021. Nuestro autor está poseído por una noble visión de la justicia, nos presenta en esta obra una reflexión original y profunda, valiéndose de múltiples recursos expositivos derivados del mundo de la música, del cine y de la literatura.

Cada uno de sus capítulos tiene como título, a modo de referencia, canciones de Dylan, Bowie, Radiohead y Cohen. Nos propone este problemático caso sin resolver: acerca de qué entendemos por verdad y por posverdad desde una perspectiva filosófica aplicada al mundo del derecho y de la justicia. Tomando como referencia el diccionario de Oxford, define a la posverdad como aquella teoría que no acepta los hechos objetivos y los sustituye por hechos alternativos o bien por mecanismos posverdaderos. En la filosofía postmoderna se encuentra probablemente la génesis de este virus de la posverdad como fantasma que corroe a las sociedades modernas.

El abogado Vilaplana entiende que la llamada posverdad es práctica habitual en los juicios, en la escenografía policial o detectivesca. En los tribunales de justicia se despliegan las armas de la posverdad, ya que hay al menos dos versiones distintas, contradictorias e irreconciliables acerca de un suceso ya pasado. De lo que trata es de analizar los binomios verdad y política, justicia y legalidad, ley y moral.

Dado la amplitud de temática, me centraré en el capítulo cuatro «La princesa prometida» (Mark Knofler), donde hace un repaso a la historia del concepto de verdad en la filosofía occidental. Se trata de una visión de diversas teorías de la verdad. En Grecia, Parmenides de Elea, en su «Poema del ser y del no ser», define los principios de identidad y de no contradicción poniendo las bases de la verdad entendida como correspondencia entre sujeto y predicado, que con posterioridad recogerá Aristóteles en su Metafísica. En el mundo medieval, siguiendo esta corriente, Tomas de Aquino, para quien la verdad es adecuatio entre pensamiento y cosa. En el siglo XlX, primero Hegel, con su visión de la verdad como coherencia, y Nietzsche, quien sostiene que no existen los hechos, sino la interpretación de los mismos, identificando, por tanto, verdad y metáfora.

El filósofo vitalista alemán se declara «amigo de lo lento». Desde esta perspectiva, podemos someter a crítica a una administración de justicia, «amiga de la rapidez», obsesionada tan sólo por la eficiencia y la eficacia, cuando lo que hay es mucho en juego, la absolución o una condena de un ser humano.

En el siglo XX hay que destacar la valentía de los filósofos postmodernos (Lyotard) al poner en entredicho determinados conceptos de qué sea la verdad y sus sombras. Si bien es cierto, en el derecho, al final de los finales, se impone una verdad judicial oficial y única, se da el caso por cerrado y el fin del conflicto que lo originó.

La posverdad tiene un importante campo de acción en los procesos judiciales, dado que todo juicio se parece a una «confrontación de relatos». Una persona (juez), investida de autoridad, elige entre varios relatos de los litigantes en virtud de una mayor verosimilitud o credibilidad, que será la definitiva verdad procesal. Es el caso que plantea en el capítulo que dedica a J. Verges, donde como abogado defensor esgrime una «defensa de ruptura» frente al modelo de defensa de convivencia, que tiene como marco el orden jurídico vigente por el cual los hechos quedan relegados a un segundo, como algo accesorio.

Hoy nos parece saludable huir de verdades únicas y homogéneas, como símbolo de dominación que podrían llevarnos a totalitarismos antidemocráticos. En los caminos de la verdad y la mentira de nuestro tiempo, donde asistimos al «fin de las verdades» de la racionalidad científica, donde asistimos a la muerte de la verdad, cuando en realidad aparece otra mucho más peligrosa como es la posverdad. Somos los ciudadanos críticos quienes debemos poner fin a las consecuencias del fin de la verdad.

La posverdad a juicio. Un caso sin resolver

Autor: Javier Vilaplana Ruiz.

Editorial: La Catarata. Madrid, 2021.