La editorial Visor saca a luz la traducción de Faithful and Virtuous Night (2014), Noche fiel y virtuosa (Visor, 2021), el último poemario de Louise Glück antes de la concesión del Premio Nobel en 2020.

«Cuando el tren se detenga, dijo la mujer, debes montarte. ¿Pero cómo sabré si es mi tren?, preguntó la niña. Será tu tren, dijo la mujer, porque es tu hora». Esa niña del poema «Utopía» aguarda un viaje decisivo, posible por los ojos de la memoria, en el cual reconocer a la niña que fue, a la mujer que es, y observar el mundo con osadía desde esa estación eterna que es la noche, con su esplendor níveo.

La obra, de 2014, traducida por Andrés Catalán, supuso una inflexión en la trayectoria de la autora. Nota personal para comenzar este análisis: la credibilidad del poema reside en gran medida en la reflexión que el/la poeta efectúe acerca de su propio lenguaje. En ese sentido, cabe señalar que Glück experimentó, antes del libro que nos ocupa, una crisis estética -si se me permite la expresión- que la llevó a cuestionar el germen su artefacto poético. Este hecho, unido a un prolongado silencio creativo, la empujaron a realizar un viraje en su trayectoria que dio como resultado Noche fiel y virtuosa.

Existe en el libro una natural extrañeza, una disputa íntima en la que confluyen dos variables: la identidad y la comunicación. Confiesa el yo lírico femenino, en el que podríamos reconocer a la autora: «Mi historia comienza de un modo muy sencillo: podía hablar y era feliz». Si este periplo renovador exige una mirada afanosa hacia el interior, a nivel formal la autora explora vías antes inéditas en su producción (como por ejemplo el poema en prosa) con el objetivo de encontrar un cauce con el que, sin abandonar lo lírico y lo elemental de su voz, desprenderse de toda atadura y conformar un verso tan despojado como ambicioso. En esa mirada cabe destacar el poema inaugural, «Parábola», que marca el inicio de ese viaje.

En Noche fiel, el yo lírico se muestra tan vulnerable como determinado por carear al tiempo. Hay en los versos de Glück una delicadeza tan desnuda que el poema, desde un posicionamiento manifiestamente esencial, consigue recrear la pureza necesaria del poema («Brillaron las estrellas, la luna creció y menguó»). En el recuerdo, el cobijo de la literatura, las lecturas infantiles y la complicidad fraternal…la niñez como un espacio mítico casi salvífico en que materializar circularmente la libertad. No es de extrañar que el poema que da título al libro contenga algunas de las claves representativas del conjunto. Además de su reflexión sobre la palabra y de esa nebulosa narración de su infancia («No…era una noche de hace tiempo, un lago de oscuridad en el que/ aparecía una piedra, y de la piedra/ sobresalía una espada»), se trata de una oda a la imaginación y a la melancolía; nada inocente, por el contrario, sutil y definitoria del proceso vivido por el yo: «Me había dado por pensar que los seres humanos se dividen/ entre quienes desean seguir adelante/ y quienes desean retroceder».

El viaje como horizonte

Sin embargo, no existe en esta historia un anhelo de regresar, acaso vemos un empeño de horizonte que da sus frutos en el viaje mismo («O quizás, una vez que se empieza/ lo único que exista sean los finales»). En el poema «Medianoche», el cobijo maternal de la oscuridad: «Por fin la noche me envolvía,/ flotaba sobre ella, quizás en ella». Se produce, sin duda, en el yo lírico un aprendizaje, una respuesta a esta aventura, que supone una reafirmación en la memoria «Escribo sobre vosotros todo el tiempo, dije en voz alta./ Todas las veces que digo «yo», me refiero vosotros». Como en obras anteriores, reserva un lugar clave para la familia, sus padres -sobre todo su madre- su tía… y con ellos para la muerte: «Pero si la esencia misma del tiempo es el cambio,/ ¿cómo puede algo convertirse en nada?». En ese sentido, estremece comprobar la honestidad del apartado «Un jardín de verano», y más concretamente el poema IV: «Mi madre murió anoche, madre, que nunca muere».

Sin embargo, a pesar del cambio que se gesta en Noche fiel, seguimos reconociendo en la autora una búsqueda radical de la belleza: «Surge en el cielo una luz tenue/ de repente entre/ dos ramas de pino, las finas aguja». Y es que en Louise Glück la escritura es una respuesta luminosa, el poema un paisaje mágico y extenso: «¿Resucitaré de entre los muertos?, pregunta mi alma./ Y el sol dice sí./ Y el desierto responde:/ tu voz es arena esparcida en el viento».

Noche fiel y virtuosa

Autor: Louise Glück.

Editorial: Visor. Madrid, 2021.