Las páginas de Sanclemente nos devuelven a la temática y el estilo de aquella prodigiosa literatura hispanoamericana que protagonizaron grandes escritores como García Márquez o Vargas Llosa. Con un realismo mágico distinto, un estilo preciso y minucioso, unas descripciones llenas de color, plasticidad y lirismo, se cuenta la historia de un pueblo sudamericano, Almadía, donde sus habitantes arrastran una vida llena de temor y violencia, aprisionados entre la guerrilla acantonada en la Sierra, el gobierno inexistente y las bandas de paramilitares que imponen su ley como despóticos señores feudales.

Carlos Sanclemente (Popayán, Colombia, 1979) vive en España desde 2003, comprometido con la defensa de los derechos humanos y la búsqueda de la paz en su país, escribió su primera novela en 2016, El gobierno de los bánvaros. Ahora, su segunda novela, Los que esperan su duelo, ha quedado finalista del VI Premio Albert Jovell de Novela.

Ya desde las primeras páginas se observa cómo la desprotección y fragilidad de los lugareños se ve violentada por la arrogancia y salvajismo de los paramilitares. Los hombres temen ser denunciados como colaboradores de la guerrilla, ser secuestrados y asesinados, como le ocurrió a Gabriel. Los paramilitares roban y violan a su antojo, las viudas y huérfanos sufren la ausencia, el crimen y la imposibilidad incluso de enterrar a sus seres queridos.

María es la verdadera protagonista del libro. Su esposo Gabriel está en la lista negra de los paramilitares. Lo secuestran y todos sospechan que ha muerto, pero no lo saben con certeza: hacen desaparecer el cadáver y la esposa ni siquiera puede tener su duelo. Le quedará siempre la tristeza infinita de no poder enterrar a su marido, de no saber con seguridad si lo mataron, dónde, de qué manera. También tiene que sufrir por sus hijos, entre ellos David, que está a punto de morir a manos del ejército gubernamental por una detención caprichosa. El joven estudiante tendrá que marcharse del país como hacen todos los que quieren escapar de aquella locura de violencia y sangre para salvar, al menos, el pellejo. María se queda a riesgo de su vida, debe huir de su pueblo, dejar su casa y ver desde la distancia cómo su hermana Naín se convierte en la mujer que calienta la fría cama del asesino de Gabriel.

El autor enmarca todo ese dolor por la pérdida, así como el sufrimiento psicológico de los personajes con detalle y precisión admirables. Sanclemente envuelve la narración en una atmósfera llena de premoniciones, pesadillas, pensamientos extremados entre la realidad y la imaginación y acontecimientos cotidianos que van presagiando la terrible realidad que los asfixia, como ocurre con la descripción de la muerte de su perrita Princesa, símbolo del hundimiento físico y moral de todos los habitantes de Almadía: «María la contemplaba y apenada le decía, Princesa, mi vieja niña. Y la perra meneaba la cola en señal de que aún podía escucharla. Pero Princesa también se había quedado ciega, sus ojos secretaban unas lágrimas purulentas y, sin pretenderlo, se había convertido en un calandrajo andante, en un estorbo. Casi nada quedaba ya de la enérgica guardiana que un día cuidó su casa» (pág. 32).

La muerte de Princesa es un augurio funesto del asesinato de su marido Gabriel a manos de los paramilitares. En los episodios en que se debate entre el temor y la esperanza de no ser perseguido se aprecian los hondos sentimientos humanos que lo recorren por dentro y que lo impulsan a volver a Almadía, el pueblo donde su mujer regenta una tienda, donde viven sus hijos. No volverá nunca más a verlos.

En medio de la tristeza y el peligro, una mujer hundida, símbolo de la patria desvencijada y arrasada por la violencia, buscará a su marido muerto, pondrá a salvo a su hijo y volverá a su pueblo para afrontar el triste destino de los que aún esperan su duelo.

'Los que esperan su duelo'

Autor: Carlos Sanclemente.

Editorial: Berenice. Córdoba, 2021.