El escritor leonés residente en Sevilla José Luna Borge, autor de cinco libros de poesía, ha practicado con acierto el ensayo y la crítica literaria, así como es un reconocido diarista y reconocido director del desaparecido suplemento cultural «La Mirada», de El Correo de Andalucía y «El Mirador de los Vientos». Su primera novela, Y una tarde cualquiera esparces mis cenizas en el mar, constituye una profunda reflexión sobre las relaciones familiares afrontadas desde el análisis y la perspectiva que da, al presente, una situación de crisis: la enfermedad terminal de Santi, o Santiago Fonseca Celada, residente en Barcelona, uno de los tres hermanos que, junto con José, residente en Sevilla, y Antonio, el único que permaneció en el pueblo, constituyen la herencia biológica de una familia de ambiente rural en el norte peninsular, cuyo padre se muestra ante el lector sometido a los sacrificados usos y costumbres de las gentes del campo, con su austeridad y severidad de carácter; el cual contrasta siempre con la ternura y saber estar de la madre. Destaca, igualmente, la figura del abuelo Tomás, siempre recordado el ámbito de las emociones fijadas durante la niñez.

Novela escrita por un narrador autobiográfico y, por consiguiente, en primera persona, es narración de cierta complejidad psicológica en cuanto afronta las motivaciones últimas de la conducta de los personajes en las relaciones familiares de tres generaciones: la de los abuelos, la de los padres y la de los hijos. Las dos primeras pudieron vivir su cruda y dura existencia en el ámbito rural, pero la tercera, la de los hijos, se vio impelida a abandonar su ámbito geográfico natal hacia otras zonas de la geografía peninsular en busca de una vida mejor. Así lo hizo Santi, que terminó en el floreciente sector de la construcción en Barcelona y José, el único universitario de la familia, que reside en Sevilla. Antonio, el más resentido de los hermanos, dominado por su mujer, apenas tiene contacto con el resto de la familia y sólo acude a su encuentro cuando ve la posibilidad de heredar algo por parte de su hermano Santi, el soltero. En este sentido, Paco, el emigrante onubense en Barcelona, amigo de Santi, pierde su estatus amical en la vida del enfermo al revelar sus aspiraciones sobre la herencia del mismo. Al final será José, quien ha permanecido cerca del hermano en su vida y durante su enfermedad a pesar de la distancia, quien salga beneficiado materialmente, pero, sobre todo, reconfortado humana y espiritualmente por haber cumplido con su deber de hermano.

Luna Borge trae a colación el ambiente sociológico y económico de la España de los años cincuenta y sesenta, especialmente en Cataluña, y la contribución a su progreso por parte de los emigrantes andaluces y de otras zonas de España que fueron allí en busca de mejores condiciones de vida para ellos y sus familias; a los que Cataluña acogió como mano de obra necesaria y que, al presente, con las pretensiones soberanistas, parece considerar displicentemente como charnegos. Del mismo modo, deja patente el abandono de la España rural y de interior en favor de determinadas zonas industriales del país o de la costa mediterránea. Mas el núcleo esencial de la novela es la memoria de las relaciones familiares, abordada en charlas interminables por José y Santiago, los dos hermanos, tratadas desde un presente marcado por la enfermedad terminal de Santiago, que se asoma al final de sus días en una clínica donde pueden proporcionarle los cuidados paliativos que necesita. De alguna manera se produce en ellos una especie de examen de conciencia, abordado con valentía y capacidad crítica, sin rehuir las cuestiones más punzantes y desagradables que caracterizaron las relaciones familiares.

Por otro lado, subyace también en estas páginas una denuncia de las condiciones miserables de vida, de la radical injusticia de la vida, como culpables de la desgracia y la infelicidad de las personas; aunque no falta tampoco el desenmascaramiento de la ambición y el egoísmo, de la ceguera y el resentimiento como causas de la ruptura emocional y vital en las relaciones entre los seres humanos.

José Luna Borge ha escrito una novela exigente, fruto de un compromiso personal con la literatura y con sus semejantes. Una exigencia de honradez y de verdad que le ha procurado, en muchos aspectos, un descenso a los más íntimos recovecos del alma humana y sus limitaciones. Resulta algo así como un abordaje, como un ubicarse al borde del abismo o asomarse a él.

No creo que le haya resultado fácil la escritura de esta novela, ni tampoco que le haya sido particularmente grata, pues bien pudiera resultar como la herida que no cicatriza y que hemos de acostumbrarnos a convivir con ella.

'Y una tarde cualquiera esparces mis cenizas en el mar'

Autor: José Luna Borge.

Editorial: Eolas Ediciones. León, 2020.