Salvador Gutiérrez Solís vuelve cuatro años después de su última novela con El lenguaje de las mareas (Almuzara, 2020), un thriller vibrante donde el cordobés ensancha con oficio y lucidez los límites del género. Tras Los amantes anónimos, la inspectora Carmen Puerto protagoniza de nuevo una historia inquietante que -por verosímil- nos interpela de manera inexorable. La desaparición en Ayamonte de dos adolescentes, Sandra y Ana, desencadena una narración vertiginosa, construida en torno a la investigación policial para encontrarlas y resolver las incógnitas que dejó la madrugada del 30 de agosto.

La obra toma impulso en la novela negra, aportando un relato actualizado, riguroso e intenso en el que el inspector Jaime Cuesta y la subinspectora Julia Núñez cogerán las riendas de un caso que dialoga con los de Marta del Castillo, Diana Quer, Laura Luelmo u otras muchas desapariciones de mujeres que han marcado nuestra crónica negra en los últimos años. Gutiérrez Solís escribe una novela sobrecogedora que, desgraciadamente, tiene plena vigencia en las sociedades actuales. La historia de Sandra y Ana nos remite a los veranos en la costa, a la diversión en el chiringuito, a los paseos nocturnos sin hora de vuelta, a esa felicidad eterna en que germinan amores estivales sin miedo al mes de septiembre. Sin embargo, al mismo tiempo, la urdimbre tejida por el autor cordobés nos traslada a la trágica escaleta de los programas informativos y de sucesos en que, con demasiada frecuencia, un nombre más de mujer pasa a formar parte del imaginario colectivo.

La atractiva propuesta estructural va definiendo una historia cuyas claves se desvelan de manera fragmentaria. En El lenguaje de las mareas, Gutiérrez Solís combina capítulos donde la investigación policial sigue sus pasos, con otros donde, dada la complejidad de algunos de personajes, se traza un perfil de algunos de ellos. La trama nos va planteando acontecimientos truculentos que están en el trasfondo de algunos personajes, y a la vez nos ofrece capítulos donde conocer las complejas relaciones familiares de los protagonistas, la vida social de las dos jóvenes, los tuits que hacen que el caso devenga un espectáculo en directo o los hashtags que convierten a Sandra y Ana en trending topic.

En El lenguaje de las mareas los espacios contienen un dolor que oscila entre la angustia, la soledad y el inevitable fracaso de las expectativas humanas. De un lado, el refugio de Carmen Puerto, en el barrio sevillano de Nervión, donde la azotea, las conversaciones con los cuadros de su casa o el movimiento de un montacargas abren una rendija al exterior. De otro, allá afuera, el territorio inhóspito que recorren Cuesta y Núñez en sus pesquisas, su llegada cada noche al hotel sin mensajes a los que responder, el hospital o las calles de un barrio pesquero opresivo, laberíntico, como las sigilosas marismas onubenses, tan bellas como cómplices.

Desde el punto de vista de las implicaciones sociales, Gutiérrez Solís consigue adoptar una perspectiva oportuna, a la que vez que crea un artefacto literario sólido, que contribuye con solvencia a la constante renovación de un género con incesantes publicaciones de superventas en las últimas décadas. El autor nos hace reflexionar sobre la importancia en nuestra sociedad del tratamiento de la información, el amarillismo y la responsabilidad de los medios, las repercusiones del uso y la exposición en redes sociales, la corrupción política o la lacra de la violencia machista. Asimismo, construye una trama que lleva implícito un pertinente trasfondo ético, exhortándonos y problematizando nuestra visión del bien y el mal. Además, la soledad -en un mundo donde la tecnología ha cambiado el paradigma de las relaciones- o la incomunicación son temas que el autor sobrevuela de una manera cruda aunque distanciada. Si bien el tema y los personajes de la obra nos generan un profundo desasosiego, la conciencia narrativa del autor, su mirada ajustada y sensible, nos hacen empatizar con los detectives en su lucha por encontrar a las jóvenes. Con El lenguaje de las mareas, Gutiérrez Solís se nos muestra como uno de los novelistas más vigorosos de su generación. La producción del autor cordobés avanza de manera decidida hasta generar serias expectativas sobre el próximo caso de la singular detective. Mientras tanto, habrá siempre otras mareas que nos traigan verdaderas historias, y en ellas un lenguaje que no nos haga perder la esperanza de encontrar.

‘El lenguaje de las mareas’. Autor: Salvador Gutiérrez Solís. Editorial: Almuzara. Córdoba, 2020.