‘Cuentos con mecanismo de relojería’. Autor: Faruk Sehic. Editorial: La huerta grande. Madrid, 2020.

En 1992, mientras en España se celebraba un progreso que se antojaba imparable con fastos como la Exposición Universal de Sevilla o los Juegos Olímpicos de Barcelona, se iniciaba en pleno corazón de la vieja Europa una guerra fratricida que asombraría al mundo por su crueldad y sus dosis inusitadas de violencia, y que traería a la memoria el holocausto judío y los campos de concentración nazis, horrores que (se pensaba ingenuamente) estaban desterrados para siempre del mundo civilizado. Durante varios interminables años, asistimos conmocionados al desmembramiento irremediable de la antigua Yugoslavia mientras se perpetraban nefandos crímenes contra la humanidad y un genocidio salvaje del pueblo bosnio ante la inoperancia y pasividad de la ONU. Las consecuencias dramáticas de la guerra fueron terribles para la población yugoslava, pero especialmente para aquellos jóvenes que participaron activamente en el conflicto, la llamada «generación mutilada», a la que pertenece Faruk Sehic (Bihac, 1970), probablemente el poeta y narrador más brillante de las letras bosnias actuales. En Cuentos con mecanismo de relojería encontramos un conjunto de relatos que tienen como denominador común la guerra, que, como zopilote carroñero, planea sobre sus personajes. Para huir del horror, el autor se embarca, a veces, en un onirismo surrealista; a veces, en homenajes a la cultura occidental (el comic, Bukowski, Matrix, Blade Runner, Kafka, los zombies); a veces, simplemente, se aferra a pequeños objetos, como el reloj de bolsillo que un soldado expolia a un anciano asesinado.