En el trayecto de Manuel Neila, en el de su creación o escritura, convergen infinidad de textos. Senderos que se bifurcan, de los que hablaba Borges, le llevan a un coherente camino propio que el poeta se ha encargado paso a paso de trazar.

Nos encontramos aquí con la estructura unitaria de una mirada poética que dialoga culturalmente con la tradición nipona en un libro dividido en apartados, acordes con las estaciones, bajo un aire refrescante y distinto. Cada parte del libro encierra un todo que puede leerse de forma individual, como radios de un centro indivisible cargados de una horizontalidad desoladora.La palabra se encrespa y el espacio se condensa para nombrar lo innombrado. Poemas de perfección en forma y fondo donde podemos hallar la gracia de la síntesis, la frescura moderna de la fuga, la apariencia de algo nuevo sin siglos que lo avalen.

En el libro hay una clave armónica que enlaza los tiempos, un caminar pausado donde el silencio escucha, el movimiento rápido en una finta que no esperábamos y se sale del marco previsto. Neila busca la cercanía de Bashô. Camina, como el sabio nipón, a pie, y halla la sabiduría popular a través de las diecisiete sílabas de universal transparencia que asombran por su espiritual sencillez. Poeta que escribe sobre el agua como Keats y que late en el sueño de la forma y el aire, en su taoísta o búdica meditación, siendo ambos distintos.

Haikus, como el aliento, que proyectan vida a un instante mágico. Un leve y hondo soplo que perdura mediante la inspiración y el conocimiento. Las palabras que lo forman pueden resultar un hálito divino y una muy terrenal punzada. Destacaría de este libro, aparte de su rigor formal, su contemporaneidad, una clara visión de dialogar con el tiempo conservando un aire de misterio, preguntas dirigidas al aire sin obtener respuestas aparentes, que la gran poesía contiene.

Libro que habla al interior desde un testimonial silencio y exenta autenticidad. Estamos en poesía mediante las sendas que el poeta recorre en libertad, ese huidizo concepto que reconocemos fácilmente cuando el verbo respira sobre otro plano de esencial trascendencia donde se transluce una nueva realidad inscrita en lo humano. Equilibrio con el mundo exterior en versos como trazos desde lo intenso de la búsqueda y la certidumbre del hallazgo. Los versos laten bajo una dimensión radical, entretejidas experiencia y emoción, e incluso crítica solapada donde la conciencia afina su decir y vivifica el verso tan punzante como delicado y necesario. Una intensa dicción mantiene la palabra en vilo, procede con rigor, con arranques precisos de irreductible intimidad ya que a veces se alía con lo irremediable. En este libro existe un pacto transparente. Todo sigue naciendo y todo por nacer en la extraña espiral de la escritura. Poder máximo de concentración en el léxico empleado. Sugerencia y profundidad, decantación hacia lo mínimo, sin dar la espalda a nada que lo hiera en una poesía que no es retórica y tiene mucho que decir, dispuesta a conciliar los extremos opuestos. Unidad que apoya su experiencia en horas difíciles, donde se afilan secuencias de una fe en el ser humano que a veces se nos muestra recelosa. Los múltiples silencios dan de sí para muchos eslabones, engarzados desde una exploración interior, donde la depurada esencia del lenguaje poético no satura, escanciándose en las dosis debidas.

En dos vertientes oscila la obra de Neila: la trascendencia y la certeza de lo cotidiano. Lo sublime junto a lo alcanzable y sencillo, que no simple. Poesía destilada y limpia de hojarascas donde cabe la metafísica e incluso la filosofía. Obra de pensamiento e inspiración. Una mirada zen, donde la verdad suprema se desvela de pronto como una forma de alcanzar la revelación en ver el mundo y su reverso manteniendo una cierta distancia. Puente o diálogo entre oriente y occidente. Tao y contemplación desde el vértigo contemporáneo y la reflexión filosófica, que nos llevan a una vasta cultura sin arqueologías, de manera inteligente, creadora, y viva.

La irrealidad y el silencio del mundo se debaten en versos que oscilan entre la rebeldía y la conciliación: dos caras enfrentadas a un mismo espejo. Mucho por decir de este libro donde los poemas mínimos y máximos, en perfección y esencia, vuelan a veces como pájaros libres sobre el efímero y eterno aroma que incendia los matices, convencido de su inmortalidad.

‘Sendas de Bashô’. Autor: Manuel Neila. Editorial: Polibea. Madrid, 2018.