Francisco Morales Lomas ha publicado un libro novedoso, estupendo y necesario. Un extenso estudio compuesto de seis partes que quieren abarcar cuestiones imprescindibles en la vida y obra de Antonio Machado, al que su autor titula Poética machadiana en tiempos convulsos. Antonio Machado durante la República y la Guerra Civil. Es la faceta de ensayista concienzudo de Morales Lomas la que le ha permitido sintetizar tales apartados sin olvidar que van precedidos de una introducción -allí, en su página XII, acota el marco del estudio al «abordar el periodo de Antonio Machado en Madrid»- y luego de una especie de epílogo o colofón en que se analizan ciertas particularidades del pensamiento estético de Machado. Así que Morales Lomas aborda enseguida una primera parte, «Cronología de un vencimiento. Madrid 1932-1936», para aclarar al lector muchos aspectos biográficos del poeta que, a partir de 1932, cambia su residencia de Segovia a Madrid, donde vive experiencias que el ensayo narra con agilidad y precisión. Siendo este un epígrafe que da muestras de las dotes del poeta para la docencia, va seguido luego de otros en que se trata de la vivienda familiar que ocupó en Madrid, de su asistencia a tertulias culturales («porque era un hombre que en el diálogo entendía una forma de cultura y de comunicación») y, por fin, de su colaboración con el denominado Patronato de las Misiones Pedagógicas y de su nombramiento como hijo adoptivo de Soria. A esta citada concreción cronológica van a seguir otros cuatro capítulos referidos sucesivamente a 1933 (sobre Abel Martín), 1934 (Juan de Mairena), 1935 (con cuestiones conexas a su cátedra en el Instituto Cervantes), y el concluyente «1936. Qué año el de aquel día». Y es en relación con ese anterior capítulo sobre 1934 como se perfila toda la segunda parte, «El mundo poético de Juan de Mairena y Antonio Machado», desglosado en una serie de puntos de los que, en aras de la simplificación, son fundamentales los que tienen que ver con las ideas de Machado sobre las definiciones de poesía y sus implicaciones con el tiempo, la filosofía y el sentimiento. El lector no puede más que seguirlos atentamente sabiendo que esta figura del «filósofo, retórico y discípulo de Abel Martín es una de las creaciones literarias más importantes de Machado, sobre todo, desde 1934». Esta parte contrasta con la siguiente, «La política y la íntima idealización del pueblo en la obra de Antonio Machado», porque se observa que en ella se recobra el carácter político para ir delineando la personalidad de un escritor del que se hacen concreciones en torno a «Los ideales políticos de Antonio Machado antes de la República», primero, y después, «Los años de la República». Es evidente que este pequeño bloque se conecta con el de la quinta parte, diversificada en un conjunto de capítulos que aúna el rótulo «Machado en Barcelona. Las colaboraciones en La Vanguardia». El ensayista puntilloso que es Morales Lomas hace un recorrido desde 1937 a 1939, puntualizando las vivencias que en aquella ciudad tuvo «Desde marzo de 1938 (...) hasta el día 22 de enero de 1939 que sale hacia Francia cruzando Port Bou el día 27». Sus colaboraciones en revistas y en prensa reflejarán su postura republicana y el apoyo a unas ideas que se observan en los 26 artículos titulados «Desde el mirador de la guerra». Son de nuevo aspectos literarios los que reaparecen en las partes cuarta, «Guiomar y la literatura machadiana», y sexta, «Antonio Machado y la Generación del 27». En los párrafos introductorios de esa cuarta -que luego se completarán con nueve secciones que los justifican y amplían- empieza Morales Lomas confirmando que «desde principios de junio de 1928 hasta 1935, año en el que se produce la separación definitiva, Antonio Machado mantiene una relación amorosa secreta con una mujer casada, Pilar de Valderrama Alday y Martínez de la Pedrera, también poeta y dramaturga, a quien llamó Guiomar en sus versos». Todo cuanto aquí aprendemos es primordial, aunque el último parágrafo comentando las cartas de Machado a ese amor intenso es el más ilustrativo de tal relación. Y en cuanto a esa citada sexta parte, a la que sigue el también mencionado colofón, la constituyen una cuarentena de páginas que ahondan en una afirmación de base, que es la de que «El arte poético de Antonio Machado, su interpretación del sentido de la poesía y su alcance vital se hallan muy distantes de la que ejercieron los escritores del 27». Estos -especifica-, «aunque lo leyeran (...), estuvieron alejados estéticamente como ya hemos explicado repetidamente» del poeta. Y es esta constatación la que da pie a incluir comentarios de Machado analizando a esos tan laureados poetas y a incluir la última e interesante sección «Los escritores del 27 hablan de Antonio Machado».

‘Poética machadiana en tiempos convulsos’. Autor: Francisco Morales Lomas. Edita: Comares. Granada, 2017