Hablar del cine español es hablar de sus luces y sus sombras. Hablar del cine español es hablar de la España negra, de la modernidad, de la postguerra, del desarrollismo y el desencanto, de los traumas, las pervivencias, la memoria histórica, la televisión, la utilización revolucionaria del cine, las nuevas formas expresivas, el disfrute del ocio, los debates en los cineclubs, la economía del lenguaje, la guerra civil como excusa cinematográfica, la transición como excusa cinematográfica, Torrente algo más que un mito, Juan Antonio Bardem, Rafael Azcona, Carlos Saura, Pedro Almodóvar, Alejandro Amenábar... Hablar del cine español es hablar de lo mejor y lo peor de un país que se empeñaba en crecer día a día pero que algunos, los de siempre, los poderes fácticos, se empeñaban en evitarlo. Como siempre. El cine español. Una historia cultural no solo hace un recorrido por la historia del cine en nuestro país, también por la historia de España en general. No es fácil reconstruir los últimos cuarenta años de la historia de España desde el punto de vista de uno de sus intérpretes más activos: Santiago Carrillo. Y no es fácil ya que por haber sido un superviviente de la misma, y activo participante de los acontecimientos más relevantes del siglo XX, Carrillo ha sido demonizado hasta por sus propios compañeros de armas. Denostado y ensalzado a partes iguales, Santiago Carrillo aún hoy después de muerto despierta pasiones. Y eso lo sabía muy bien la Editorial Galaxia al encargarle estas peculiares memorias agrupadas bajo el epígrafe de Mi testamento político . Cuando se compra el libro, uno puede caer en el error de creer que se va a encontrar todo un tratado filosófico-político de cómo ve y entiende el viejo comunista la sociedad, la economía, la cultura, el fin de ciclo... Nada más lejos de la realidad. Santiago Carrillo comienza haciendo un balance de la Monarquía de Alfonso XIII, del fracaso de la Republica, para continuar con la guerra civil y sus trágicos acontecimientos, la posguerra, el exilio, su nombramiento como Secretario General del PCE, su vuelta a la España predemocrática, sus primeras elecciones libres... Y uno se pregunta: ¿Dónde está el testamento político de Santiago Carrillo? Como libro histórico que aporta cantidad de datos que habían caído en el olvido, resulta francamente interesante. Como testamento político, creo que aún habremos de ver y leer algún otro en venidero años. Lo confieso. Nunca me he prodigado en ser lector ni seguidor de los Premios Planeta. Si acaso, tan solo Antonio Muñoz Molina me había llamado la atención en su momento con El jinete polaco y Juan José Millás con El Mundo ... hasta este año. ¿Por qué? Muy sencillo. Es posible que este año tocase darle al Planeta la impronta literaria y de calidad necesaria para revitalizar al premio un pasado glorioso, y qué mejor que optar por un valor seguro. Y aquí entra en escena Lorenzo Silva, y más en concreto la pareja de guardias civiles que tantos buenos ratos nos han hecho pasar. La marca del meridiano es una novela de género. Y en ella, el antaño sargento Bevilacqua investigará el asesinato de un guardia civil retirado, amigo para más señas. Una novela como las anteriores que mezcla la corrupción, la degradación de una sociedad enferma y la crisis económica como telón de fondo.