EL CALLEJERO
La Corredera de Córdoba: la plaza de aire castellano
Presume de ser la única plaza mayor de Andalucía de forma cuadrangular y es epicentro social de la ciudad

La plaza de la Corredera. / Manuel Murillo
Es una de las plazas más turísticas y emblemáticas de Córdoba. Ha sido espacio comercial, cultural y social desde antaño y hoy constituye un punto de encuentro fundamental para los cordobeses, que disfrutan en toda época del año de los veladores de los establecimientos que han sustituido a los antiguos comercios de los soportales de la cara norte de la plaza.
Se tiene por la única plaza mayor cuadrangular de Andalucía, y aunque su fisonomía actual, de claro aire castellano, no la adquirió hasta 1683, se tienen referencias de su uso como rastro desde el siglo XV. Incluso antes, en 1347, en un documento firmado por Pedro I de Castilla se hace mención al «Pilar de la Corredera» en referencia a la fuente que aún existe en la esquina noreste de la plaza.
Su emplazamiento se ubica sobre parte del espacio que en su día debió ocupar el Circo Romano. De hecho, en las distintas intervenciones que se han llevado a cabo en el lugar se encontraron unos magníficos mosaicos que hoy están expuestos en el Alcázar de los Reyes Cristianos, precisamente, en una sala llamada «de los Mosaicos» por exponerlos en sus paredes. Su nombre, Corredera, deriva de las corridas de toros que se celebraban en ella. De hecho, una de las calles que desembocan en la plaza recibe el nombre de Toril y en la que hoy son las Casas de Doña Ana María Jacinto -sede del centro UCOCultura de la Universidad de Córdoba- se levantaba un graderío para las autoridades.
Mercado
Las Casas de Ana María Jacinto, junto al actual Mercado Sánchez Peña, son dos de las construcciones históricas que aún se conservan en la plaza, que fue construida en 1683 por el arquitecto Antonio Ramos Valdés por mandato del corregidor Francisco Ronquillo Briceño, quien construyó un rectángulo semirregular de 113 metros de largo y 55 metros de ancho.
En realidad, lo que se reformó fueron las fachadas porque los fondos no dieron para más. De la reestructuración se libraron las Casas de Doña Jacinto por una Real cédula del monarca Carlos II. Se construyeron los arcos Alto, a través de la calle Espartería, y Bajo, a través de la calle Socorro, como entrada a la plaza.
El otro edificio que se conservó en aquella construcción fue el Mercado de Sánchez Peña, construido por el cordobés Juan de Ochoa entre 1583 y 1586, que en su día fue cárcel y domicilio del corregidor de la ciudad hasta 1835, año en el que el empresario José Sánchez Peña lo convirtió en una fábrica de sombreros, instalando la primera máquina de vapor de la ciudad. La fábrica se mantuvo hasta 1873, cuando la edificación se convirtió en mercado de abastos, uso que mantiene hasta la actualidad.
Justo 20 años después, en abril de 1893, se inició la construcción de un nuevo mercado de abastos en medio de la plaza, cuya explotación se cedió por 50 años al hijo de Sánchez Peña, José Sánchez Muñoz.
A aquellas alturas la plaza ya era el centro comercial y social de la ciudad. Ha sido escenario de celebraciones, festividades, corridas de toros y hasta autos de fe y ejecuciones públicas de la Inquisición española. La última ejecución llevada a cabo en la Corredera tuvo lugar en 1838, mientras que la última corrida de toros se celebró en 1846, tras la construcción de la plaza de toros de los Tejares.
Ya a principios del siglo XX, con la construcción de la plaza de Las Tendillas y el desvío de la actividad comercial hacia la calle Claudio Marcelo y la propia plaza de Las Tendillas, la Corredera comenzó su declive.
A principios de los 50 del pasado siglo se puso de manifiesto las deficientes condiciones higiénicas del mercado de abastos. Cuando expiró la concesión del Mercado a Sánchez Muñoz, el entonces alcalde, Antonio Cruz Conde, promovió el derribo del mercado para realizar uno en el subsuelo de la plaza, hoy desaparecido, que le devolvió la amplitud original a la plaza, que fue declarada Monumento Histórico-Artístico a finales de 1981.
Rehabilitación
Fue precisamente esta declaración la que propició el cierre del mercado subterráneo y las obras de rehabilitación de la plaza, que se iniciaron en 1986 y culminaron el 9 de diciembre de 2001 y a cuyo acto inaugural acudieron Manuel Chaves, presidente entonces de la Junta de Andalucía, así como la alcaldesa de aquel momento, Rosa Aguilar.
Con estas obras, la plaza, que se había degradado hasta el punto de que a la caída de la noche eran pocos los que se aventuraban a visitarla, recuperó su aspecto original, acabando con el promontorio que había dejado el derribo del mercado. Se recuperó la fuente y se construyó un cubo de cristal como acceso a los sótanos.
Muchos recordarán que además del mercado, había algunos comercios en los locales de los soportales: una zapatería, una librería de viejo, un ropavejero y el famoso Patri, el primero de los bares que se fueron instalando en la plaza, que hoy presenta numerosos veladores. La plaza, además, ha recuperado el lugar principal de encuentro social y escenario de la vida cultural cordobesa -y de los turistas-. No son pocas las movilizaciones sociales que han usado la plaza para alzar la voz, como tampoco han sido pocos los eventos culturales que se han desarrollado en la plaza, que ha sido escenario de La Noche Blanca del Flamenco o sede del Mercado Medieval, entre otros eventos.