Entrevista | Manuel Murillo Presidente de la Agrupación de Cofradías
«Las cofradías son cultura»
«La población que tiene el Centro no es la que tenía hace 50 años, ni la que tendrá en 10»

«Las cofradías son cultura» | MANUEL MURILLO
-Muchas gracias por atendernos en la actual sede de la Agrupación de Cofradías, aunque ustedes tienen en mente otro futuro edificio... El también céntrico convento de Santa Clara.
-Sí. Fue un ofrecimiento de la Corporación Municipal y estaba en el programa de la última campaña del alcalde. Pero lo primero es recuperar el edificio, que como todos los inmuebles históricos hay que cuidar y darle un uso porque si no, se viene abajo... Si Dios quiere le vamos a dar una utilidad bastante interesante. No estará solo la parte administrativa y otros servicios. También queremos contar con un centro de interpretación de la Semana Santa donde además de informar tengan cabida todos los sentidos: El sonido, los olores, el tacto...
-¿No va a ser un museo cofrade al uso?
-No, será un espacio interpretativo, además de que también contemos con alguna exposición temporal.
-Disculpe. He empezado directamente por cuestiones del Centro y no le he preguntado por lo primero: ¿Cómo están siendo sus primeros meses al frente de la Agrupación de Cofradías?
-Pues van bien, sinceramente, aunque se está teniendo mucho trabajo. Es verdad que cada año que pasa hay más actividades y también ha pesado que la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno son nuevos. No es lo mismo estar viviendo el día a día en una hermandad que venir aquí a trabajar. Aunque solo sea porque la Agrupación tiene otro ritmo, hay otras necesidades, otros tiempos, eventos que prever con más antelación... Es un sobreesfuerzo.
-Es el noveno año (contando con los dos de la pandemia) con la carrera oficial en el ‘centro del Centro’, en el entorno de la Mezquita-Catedral. ¿Se van puliendo problemas?
-Sí. Casi ya no hay problemas. Se van puliendo contratiempos. Yo entiendo que hay aspectos que son mejorables, como en todo. Pero sí es verdad que ya está aceptada. Primero, es un sitio único, y debido a ello y en segundo lugar, es más difícil de gestionar. Es decir, no hay una avenida ancha y llana, sino que tenemos que contar con un terreno irregular que hace que incluso el montaje de palcos y sillas no sea fácil. Pero ahora mismo eso está «dominado». Ahora mismo, en cuestión de 8 días se monta la carrera oficial y se desmonta en un día. Los responsables de la Delegación de Cultura saben con qué mimo cuidamos todo, e intentamos que el montaje se haga en el menor tiempo posible para que la afección al BIC y las molestias a los turistas y los moradores sea la mínima posible. Cada año se mejora.
-Un aspecto importante es la Semana Santa ‘económica’ y el impacto en el turismo y la hostelería. Hace años se le pedía que arrimasen el hombro. ¿Quizá tendría que mover ficha la hostelería?
-¿Usted cree? Yo creo que no. Nosotros nos llevamos muy bien con la hostelería, y en general con todo el sector turístico, y ellos se llevan muy bien con nosotros por la sencilla razón de que les llenamos los negocios. Pero quizá se puede mejorar la colaboración, las oportunidades... Por ejemplo, yo les animaría a que compraran sillas sueltas de la carrera oficial, bien para un producto turístico conjunto, para distinguirse... A ellos les vendría bien y a nosotros también.
-La actividad cofrade también marca los barrios del Centro a lo largo del año, por ejemplo, con los programas culturales.
-Solo hay que ver todo lo que se celebra en Cuaresma. Pero además, y por poner solo un ejemplo, estamos preparando una exposición urbana al aire libre de fotografía, en La Ribera, para que la gente que venga conozca lo que es la Semana Santa, que tenga más proyección esta fiesta de interés turístico nacional para que tenga la categoría de internacional.
-Para presentar la solicitud hay que esperar cinco años desde la declaración de Interés Turístico Nacional, Nos quedan tres años ¿no?
-Sí, pero ya estamos trabajando en ello.
-Para ello también es clave la cultura, volviendo a ello.
-Claro, pero es que las cofradías son cultura, y además el que no lo vea está confundido. El movimiento cofrade es muy transversal, tiene muchas perspectivas. Usted como yo sabemos que hay mucha gente que no es creyente pero que está enamorada de la Semana Santa. Porque te gusta la historia, te gusta el arte, porque simplemente eres cristiano... La sociedad es una esponja que va recogiendo todo lo que aportan las hermandades.
-Se habla mucho de que las hermandades son el único movimiento ciudadano con relevo generacional, en el que entran jóvenes. Esa presencia juvenil permite mantener fiestas no cofrades como Las Cruces, la Feria...
-Sí, es parte también de nuestra vinculación con los barrios. Las hermandades están repartidas y muy bien repartidas en los barrios. Y además a los cofrades nos suelen gustar las tradiciones en general.
-El Centro también ha sido un ‘vivero’ de cofradías, de hermandades que al final son emblemáticas en otras barrios. Pienso en La Cena, en Poniente, o La Estrella, en Huerta de la Reina, que salieron de La Trinidad; el caso reciente de La Soledad, que ha encontrado un calor inusitado en Levante... ¿Debería plantearse alguna más un cambio de sede canónica?
-Bueno... Un problema inevitable que tienen las hermandades es que ahora mismo la población que tiene el Centro no es la de hace 50 años, ni la que va a tener dentro de solo 10. El Centro no se está regenerando demográficamente. No hay sitio para nuevas y promociones que atraigan vecinos, es difícil hacer equipamientos, los proyectos tienen todos un componente económico grande... Hay cofradías que en su barrio solo tienen un puñado de hermanos y el resto, cientos, viven en otros sitios. Pero también es verdad que muchas veces son personas que nacieron aquí, o sus propios hijos, y que es una forma de mantener el vínculo con el barrio.
-¿Hay una forma de ‘andar del Centro’, como dicen los puristas?
-Cada hermandad tiene su sello, que está condicionado muchas veces por el recorrido. En general, la nueva carrera oficial ha alargado los itinerarios y te permite otro ritmo al caminar. Muy en general, claro.
-Dígame un lugar del Centro que no sea Santa Marina, que es el que seguro me nombraría al estar allí su hermandad.
-(Piensa) Pues mire, a mi me gusta mucho esa zona entre Las Tendillas y La Catedral, que se ha llenado de tiendas, de vida.
