El callejero
La plaza del 'descabezao'
Esta recoleta plazoleta ha recibido distintos nombres vinculados a la casa solariega a la que da acceso

Plaza Séneca / A. J. González
En la confluencia de las calles Ambrosio de Morales y Antonio del Castillo encontramos una recoleta plazoleta que desde 1852 recibe el nombre de Plaza Séneca, porque se cree que en un palacio ubicado en el entorno de la plaza, posiblemente donde hoy se levanta la casa solariega de los marqueses del Villar, que preside el espacio, nació el insigne filósofo cordobés Lucio Anneo Séneca.
La plaza ha recibido otros nombres. Como menciona el nombradísimo Teodomiro Ramírez de Arellano en sus Paseos por Córdoba, se llamó primero de San Benito, por la ermita que había en lo que hoy es la Fundación Gala, del Arcediano Pedroche o de Corella, que era el nombre del arcediano, y de los Condes de Zamora de Riofrío (que es como aparece en el mapa de los franceses de 1811. A estos dos últimos los cita como moradores de la casa que fue propiedad del Marqués de las Escalonias.
Como puede verse, el nombre de la plaza ha estado vinculado a los ocupantes de la casa del siglo XVII, propiedad hoy en día de la familia Amián, que la tiene en venta.
El toque romano de la plaza lo aporta el capitel de la fuente y la estatua decapitada
La casa de los marquéses del Villar
La casa no solo está vinculada a Séneca, como hemos mencionado. Unos años antes de que la plaza adquiriera su nombre actual, vivía en ella don Juan Pérez de Saavedra, marqués del Villar, «persona acaudalada y que gozaba de muy buen concepto» que murió, al parecer, a la espada por defender a un criado africano.
La edificación también fue sede de Correos (popularmente la calle Ambrosio de Morales fue conocida como Correo Viejo).
La casa, declarada Bien Histórico Artístico Protegido, con su imponente fachada de ladrillo visto y portada adintelada de piedra caliza, no es la única construcción destacada de la plaza. Haciendo esquina con esta se encuentra la que acoge una de las tabernas de la Sociedad Plateros.
La Sociedad de Plateros
En un edificio del 1857 -hoy reconvertido en hotel-, según reza en la cancela de forja, se fundó en 1874 la mencionada taberna.
Como menciona Manuel Mª López Alejandre en Las tabernas del casco histórico de Córdoba, «Larga es la lista de los ilustres visitantes de este establecimiento: Fernando de los Ríos, Largo Caballero, la familia Romero de Torres, Martínez Barrios, Zuloaga, García Lorca, José María Pemán, Antonio Mairena, Ginés Liébana, Antonio Gala, Segundo Domínguez, Geoff Garvey o Adrian Pope».
La taberna, que cuenta con su propia bodega en una pequeña galería de origen romano, también asumió el nombre de Séneca, a quien se atribuye la estatua decapitada -el descabezao, como se conoce popularmente- que se alza frente a la fachada principal de este establecimiento hostelero, junto a la fuente que vierte sus aguas sobre un capitel corintio introducido en un pequeño estanque rectangular.
La fuente marca las dos alturas de la plaza, que fue acondicionada por José Rebollo en 1965. En el año 1998 se remodela el adoquinado de la calle que le da el aspecto actual, en el que además de la mencionada estatua y de la fuente, destaca su suelo empedrado con el típico chino cordobés que dibuja las ramas de un árbol, cuyas raíces parten de la fuente.